Por el viernes paso de puntillas: salir del trabajo, C que va al cine, M a casa de un amigo. Yo voyvuelvo de un lado a otro. Llegamos a casa y chicos, soy una madre no un chofer, lo de hoy no se va a volver a repetir, tenedlo claro , pizza, peli y a dormir. Todo lleno de buen humor, sonrisas y besos. Sábado de pijama para ellos y de felicidad para mí, que salgo, voy, vengo y sobre todo compro los ingredientes de las comidas que he programado, en plan madre en los 50. De hecho, durante un rato del fin de semana sólo me salía tararear aquello de papas con arroz, bonito con tomate, cochifrito, caldereta, migas con chocolate, cebolleta en vinagreta y no sigo que me falta el delantal. Resultado: lentejazas, guiso de calabaza y caldereta (yo creo que de ahí la insistencia del estribillo de antes) de patatas y calamares. Todos los ingredientes re-frescos y todo cocinado con cienes de amor, fuegos lentos y buen humor.