cosas que me gustan

Estoy cantando y como hacer dos cosas a la vez -imaginad escribir y cantar- es chungo, vais a perdonar el título de esta entrada. No se me ha ocurrido nada mejor. Que no es que me curre habitualmente los títulos, pero éste de hoy ha sido muy lo primero que se me ha pasado por la cabeza.

Me ha entusiasmado un libro que terminé ayer mismo y tenía que compartirlo con quien sea que lea esto que cuento. El caso es que además del libro, me he creado una lista Lucía en el spoty con todas las canciones de mi historia y ando ¿os acordáis de aquella escena de tom cruise bailando por la casa en calzoncillos con una cuchara de palo de micrófono? así. Cambiadme los calzones por pantalones de la primavera que empieza y haceos una idea.

Estoy saltando angel of harlem (en serio, ¿no hay nadie que quiera acompañarme a verlos en octubre?) y entre salto, graznido, cuchara y moonwalk me asomo aquí a contar lo de Wild.

¿La habéis visto? Yo lo estoy deseando. Acabé de leer el libro en el que está basada ayer y no veo el momento de irme a los renoir-plaza-de-españa a disfrutar la versión peli, creo que las imágenes del sendero son formidables. Me he enamorado del libro, de la experiencia, de la escritora, de los paisajes, de la aventura, de todo. No me ha podido gustar más. 

Si os soy sincera -que tampoco tengo por qué no serlo- no tenía ni idea de que existía la peli (y eso que la prota estuvo nominada al óscar) cuando empecé a leer el libro. Cayó en mi e-reader no me preguntéis en qué circunstancias. Algo leí, algo me interesó, en algún lugar algo llamó mi atención. No recuerdo la chispa, pero desde luego cuántas gracias a la chispa (y no, no me refiero a la de camarón). 

Es que no puedo ser más graciosa.

En fin, a lo que íba. Wild. Alma salvaje, se ha traducido aquí el libro.

He sido muy feliz leyéndolo. Como hacía tiempo que no lo era. Me ha encantado. Es un libro autobiográfico que cuenta una parte de la vida de Cheryl Strayed, justo los meses en los que -en medio de una época catastrófica, triste, perdida y de caída en picado- decide recorrer el SMP (Sendero del Macizo del Pacífico), desde Mojave hasta el Puente de los Dioses. 

Mogollón de kilómetros por un sendero atestado de cumbres y sustos. Sin experiencia, sola, derrumbada emocionalmente, sin dinero. Ella y su amor propio. Ella y el camino. Ella y una lucha por sobrevivir, que en el fondo es una metáfora de su propia vida. Ella y las personas con las que se cruza. Ella y su cuerpo. Ella y los boicots a los que nos somete nuestra mente. Ella superando el sendero, superándose a sí misma, superando todo y escribiendo su historia varios años después.

No puedo decir nada regu del libro. De verdad, me ha encandilado.

Ahora mismo se me ha ido el santo al cielo. Ha saltado una canción de Bunbury. No sé por qué me gusta tanto este chico. Pero vamos, desde la primera vez que le vi en héroes, de telonero de no sé quién, hasta el sillón ergonómico éste desde el que escribo hoy. Y engáñame un poco al menos, di que me quieres aún más, la lala lala, que esta herida en mi alma no llegó a cicatrizar y estará desesperada hasta que te vea llegar. Y así.

Me quito los auriculares y C está con los Beatles a todo trapo. Madre mía. Me acabo de quedar muy gratamente sorprendida. ¿Los beatles? ¿Estará escuchando alguna banda sonora de alguna peli actual? Estoy por dejar el ordenar y correr a avergonzarla con mis bailes cuchareros.

Pobre. Mejor vuelvo a mi burbuja de canciones históricas, que me arropa de rechupete. Ahora boyzone, tan de vestuario de gap, o P.J. Harvey, o en fin... mejor os dejo con la recomendación de que le deis una oportunidad a Cheryl Strayed y sigo bailando.

Adoro bailar.

So long, o -mucho mejor- LLAP.

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