pfffff

He pasado estos días feliz ante la certeza cercana de verme los pies a través del agua del mar. Los pies, que no tengo claro si llegaré a las rodillas. El frío, lo típico. Y es que en cinco días tengo celebración cumpleañera marina. Con mis pins. Los tres y la playa. La perfección.

Y sabiéndome en el mar, he dedicado este fin de semana tan festivo a descansar. Iba a poner a ser un poco moñas, que también, pero al final me he decantado por el descanso. Que tampoco es descanso, es... ¿paz? Es yo sin to-dos, que si os fijáis me ha quedado ideal, sin to dos y sin todos. Juego de palabras.

Es domingo. Es de noche y tengo flores y velas. Durante estos días he leído tres libros. En un rato empiezo el cuarto. Libros moñas. También he visto varias pelis, moñas. El fin de semana rezuma romanticismo cutre, no del bueno. Nada del XIX. Todo muy de peli americana con final feliz. Con mares de fondo, casoplones, acantilados, protagonistas rubias monísimas y protagonistos morenos ideales. He salido cinco veces. Una al ecocentro, para el avituallamiento sano y eco, otra a una tienda de guardia a por avituallamiento de grasas superpolimegasaturadas, una a correr -sigo con ello, llamadme aouita (ja)- otra a la montaña y la última hoy mismo, para ver a mis pins un ratín, que ya os cuento que estoy en modo ñoño y necesitaba sonrisas y abrazos.

Desde el jueves apenas he hablado. Cosas de tiendas y un conocido con el que me crucé cuando salí a correr. Es un poco rollo, pero supongo que cogeré el lunes con mucha más ganas. De hablar, claro. No de lunes. Nunca tengo ganas de lunes.

Total, que si recuento del fin de semana tengo 3 libros, 5 películas, 5 salidas, toneladas de dormir, mogollón de yoga, pereza para escribir (aquí, me tenéis, intentando coger carrerilla para lo de luego), mañanas de recogiditas y tardes de manta y tés. He iniciado una cruzada contra el wifi y estoy intentando desengancharme del móvil.

Y ahora que es domingo por la noche oh oh me doy cuenta ¿en qué habré estado pensando? de que aún no he preparado nada del viaje de esta semana. Maldición. Tengo tres días frenéticos por delante y el kit de los mares en el trastero. Perfecto.

Qué pereza más grande me acaba de asaltar. 

Rollo.

Me voy a la cama a empezar otro libro cursifácil, a ver si se me pega algo.

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