En Málaga os espero
Del tiempo que he pasado allí me quedo con el mar, por supuesto y siempre, con el tiempazo -soy un ser de veranos y los inviernos se me hacen bola- y con los paseos y los museos. Málaga es una ciudad muy agradable para pasear y, desde hace unos años, lo que se conoce con el nombre raruno de hervidero cultural. Tiene museos maravillosos, exposiciones que no tienen nada que envidiar a las de Madrid y un montón de actividades artísticas y culturales que -ole con ole- me tienen entera de ganas de instalarme. Por cierto que hace unos días se inauguró una expo sobre Miquel Barceló, que sabéis que me tiene enamoradísima y a la que no he podido ir aún por la locura de las restricciones covidianas.
Resulta que las restricciones por allí son tremendas (supongo que todo es tremendo en comparación con Madrid, en el que la vida parece que sigue con cambios mínimos) y ahora mismo todos los comercios (comercios, museos, instalaciones culturales y deportivas... lo que viene siendo todo menos supermercados y farmacias) están cerrados a cal y canto. Allí están como en el confinamiento "duro" del año pasado, pero con la posibilidad de salir a la calle por el municipio (nada de pasar al pueblo de al lado) hasta las 22:00h. Total, que inauguraron la expo y cerraron el museo. Todo de un día para otro. Así que ya estoy deseando dos cosas: instalarme y pasearme entre las maravillas de Barceló.
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Total y para ir cerrando, que me he lanzado a la aventura de desplazarme 600 km al sur y estoy con fire con la ansiedad del cambio. Espero que llegue pronto-y-por-fin para poder quitarme los miedos de encima y contaros pronto un buen lerele de cosas molonas y diferentes.
Mientras tanto, sed felices.
L.
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