afortunada

Estoy hasta los mismísimos de mi salón, de mi cocina, del sofá en el que tomo el sol cada mañana. Estoy tan hasta los mismísimos de mi cama que llevo semanas durmiendo en la de C. Estoy harta, pero dentro de la hartura sé que soy afortunada y sé que cuando vuelva a la normalidad de los días grises voy a echar infinito de menos estos días de ahora. Todo el tiempo del mundo a mi disposición, dormir, despertarme sin tener la obligación de hacerlo, los paseos nocturnos que me dan la vida, organizarme los días para intentar que no sean todos iguales, los gustazos diarios, estudiar, leer, tumbarme, crear rutinas, bailar como las locas y, a partir de hoy, volver a escribir. No sé si aquí no sé si allí, pero volver a lo que me gusta.

Una costumbre que he adquirido estos días es la de hacer algo molón cada día. Algo que me encante. Un regalo diario, si queréis mirarlo así. Por supuesto, al alcance de la mano. algo facilito que pueda hacer sin salir de casa. Todas las noches me siento delante de esta libreta maravillosa que me compré en el Museo del Prado sin saber que acabaría guardando mis gustazos cuarentenos y apunto el autorregalo del día. Ya os digo. Facilito. Comer un helado, dar un paseo, tomar el sol. Paso las hojas hacia atrás y me encuentro un "comer pan" que no os imagináis la felicidad que me produjo. Otro fue sentarme al solete a leer una novela ligerita. Leo muy denso y estudio y lo de la novelita  al sol también lo recuerdo maravilla. Otro fue enfundarme durante dos horas nocturnas en un esponjosísimo albornoz blanco y pasar el rato sentada en la cama leyendo nimeacuerdos. También me hace feliz haber acabado todos mis trabajos y haberlos enviado en plazo. Estoy barajando crear un espacio sobre arte. O así. 

A pesar de los gustazos y de la felicidad de vivir sin despertador y del descanso y de la paz mental y de sentarme en la terraza en bikini si hace sol o cubierta con mi manta de cuadros cuando llueve; a pesar de los pájaros, de la primavera exuberante, de todas las mañanas del mundo, de las series y de los libros; a pesar de todo lo bueno que estoy experimentando, mi casa me agobia mil. Sin ser yo muy de salir, sentirme encerrada me asalvaja un poco. Procuro no pensarlo y combatir la ansiedad con bailes, pero a veces cuánto cuesta.

Por lo demás, afortunadamente bien. Todo en orden. Disfrutando lo que puedo, que no es poco.

¿Qué tal vosotros? 

L.


Comentarios

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared