setadas

Confieso que soy bastante seta. Normalmente no soy consciente, pero a veces -como hoy- inmortalizo una setada y pienso ostras, Luci, mira que eres poco sociable. La de hoy ha sido legendaria. Iba a echar gasolina y según iba entrando en la gasolinera he visto a un exompañero de trabajo con el que he convivido laboralmente durante 10 años o más. Y además, me llevo bien con él, nada de compañero-pero-meh.

El caso es que según le he visto he pensado puf qué pereza y he pasado de largo en busca de otra gasolinera como si saliera de un pitlane, que me río de las arrancadas de los todos los fernandos alonsos del planeta. Todo esto pensando Lucía, tía, eres lo peor, porque no solo me hubiera costado cero patatero acercarme y hablar cinco minutos con él, sino que me habría encantado, la verdad.

Los setas somos así de espontáneos. Y me río por no llorar, eh, que luego viene lo de pasarme las tardes mirando la lluvia por la ventana. Me alucinan estos (mis) arrebatos antisociales. Creo que mi paso por la vida pública los agravó bastante, pero lo cierto es que vengo así de serie. Soy una grandísima paradentro y por mucho que me esfuerce mi naturaleza esquiva las relaciones sociales. Qué le voy a hacer.

Y si esto me pasa con una persona con la que me llevo bien y con la que me unen años molones no os quiero ni contar mis setadas con personas que no me gustan o conozco poco. Hasta me he llegado a esconder alguna vez. No os digo más.

Pero a estas alturas de la vida es lo que hay. Ya no me voy a transformar en la alegría de las reuniones sociales y tan pichi, oyes, que ya nos vamos conociendo (yo conmigo misma) y tampoco se me está dando tan mal la vida. Es solo que a veces me sorprendo a mí misma con estas cosas y pienso esto tengo que contarlo y aquí estoy.

Por lo demás, bien. Disfrutando del sábado, del día gris, del retorno del té, de hacer listas y de gustarme porque, ahí lo dejo, molo un montón. Aún being a seta.

Comentarios

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared