best news

Ayer estaba tan en una nube que me olvidé de mi deber cibernético de compartir con la multitud mi alegría descomunal. Sí. M lo consiguió. Se alzó pasmado con el premio al mejor disfraz. Ya es oficial. Tengo en casa a mister carnaval 2011. No miento cuando digo que no puedo con tanta felicidad. Desde ayer se me ha congelado una sonrisa de gato de chesire en la cara que -entre nosotros- ya está empezando a resultar un poco falsa.

Después de varias horas de arduas negociaciones, convinimos una caracterización clásica: mi niño quería convertirse en Arquímedes y a mí me pareció que con una sábana podía organizar algo (¿pero esto?). C optó por el negro y fue el gato más guapo de la historia de los disfraces de gato. A ella le cosí unas orejitas de nada (aún recuerdo ay los kilómetros del traje de porry hatter del año pasado) y una flor en un rabito de tul. Poca cosa para toda esta repercusión.

Tengo a mini entusiasmada. Dice no sé qué de comerse a mis niños. Lucimami también llamó para felicitarnos y pedir toda la documentación gráfica, por favor. Estoy en un sin vivir.

La pena es esa coliflor que estoy cociendo para la cena (efecto directo del subidón “soy-la-mejor-madre-qué-disfraz”) que cómo me gusta la coliflor, pero qué peste. Se me está agriando el gesto chesire.

A pesar de la soberbia y la peste, hoy el día está resultando, y lo mejor es que promete más: esta tarde tengo yoga. Una ocasión estupenda para tostar al profesor con lo de ayer y retomar esas sensaciones frentetierra que tanto (i) me relajan (ii) me hacen pensar ¿qué demonios hago aquí con el culo en pompa?

Hoy tengo ganas de escribir, ¿ves? así que lo mismo esta noche os cuento el cambio de rumbo en el que estoy, que según pasan los días me va entusiasmando más y más y más y más...

Comentarios

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared