nifunifa
Ayer llegué a casa -de reuniones- a las doce menos cuarto de la noche. No me pude dormir hasta casi las dos y a las ocho andaba ya desayunando paradojas. Pan con nocilla e infusión adelgazante. Soy lo peor. I know. El infovirus que ayer ya barruntaba se ha convertido en tres horas sin poder hacerme con el ordenar. El informático con su avanzadísimo vocabulario -chico-no-te-entiendo-y-ya-puestos-tampoco-me-dediques-mucho-tiempo-que-me-da-igual- ha usurpado mi silla y me he trasladado con la agenda y los papeles a otra mesa y tiro porque me toca.