de compras
no sigo tendencias, no soy chupi, no me cambio el color del pelo, pego más en la casa de la pradera que en desayuno con diamantes y sí, me cabrea ir de compras. Y me cabrea por varias razones. Y las voy a contar, claro. No os queda otra. Antes de nada, esto viene a cuento de ayer. Ya habréis barruntado que tuve la mala idea de ir a comprarme unos vestiditos de flores para saltar conjuntada entre las amapolas y que por supuesto volví vacía de vestiditos y llena de cajas de chocolate. Vamos al despelleje. ¿La ropa trendy es fea o es que yo no me entero? Llego a cualquier tiendecita y en la misma puerta me empiezo a poner de mala leche. Vestidos tremendos a un lado, camisolas (sólo la palabra ya merece un post) de estampados frenéticos al otro. Y otravezno,porfavor quehayaalgo, por favor. A veces hago el intento de dar un paso al frente. Incluso puede que llegue a tocar alguna prenda. Es más, puedo hasta atreverme con el precio. ¿65 EUROS ESTA MIERDA? No hay paciencia en el mundo que pue...