las propiedades de la lluvia

Inflarme a chocolate no es en absoluto la mejor manera de solucionar los problemas, pero de momento ayuda. Escribo el de momento con toda la intención. La experiencia me dice que además de mantener el problema, el chocolatracón amplía la molesta sensación que me produce el ser una mujer sin voluntad.

Con esto no quedan dudas: hoy ha sido un día chocolateado.

Afortunadamente ha sido y ahora estoy por fin en la cama, fuera llueve y he previsto una noche de ordenar y libros, aunque me temo que el ritmo de la lluvia y la noche oscura me van a ir cerrando los ojos pero que ya.

Me encanta la lluvia. Me apasiona la lluvia. Adoro las tormentas. Desde siempre. Esta tarde he salido a pasear en pleno aguacero y ahora lo haría si no estuviera tan empaquetada. Los relámpagos, los truenos... los truenos hasta me emocionan. Y lo más curioso es que la lluvia me inspira. El binomio lluvia sequía se convierte en la mejor metáfora de mis desvelos creativos.

Cuando llueve como hoy, me sorprendo recreándome en La lluvia tiene un vago secreto de ternura, uno de los versos de mi vida. Es de Lorca, y encabeza un poema que -si no lo leo no lo creo- se titula Lluvia.

Lo dejo aquí, con un si el chocolate ayuda algo, escribir y la lluvia lo pueden todo.

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