reivindicando

Esta semana han sido dos las veces que he recomendado con cierto entusiasmo la lectura de las novelas de Domingo Villar.

Que yo sepa (que no es que sepa mucho) ha publicado dos, las dos policiacas, y las dos localizadas en Galicia.

¿Y por qué me gustan las escribiditas de este señor? Pues... (como dijo jack the ripper) vamos por partes.

Primero. Me gustan las novelas de intriga.

Segundo. Éstas mantienen cierta tensión... interesante.

Tercero. ¡Dios!, no son suecas.

Me quedo un ratito en el punto tercero, porque – no descubro nada nuevo- es el definitivo. Parece que no, pero leer que Estévez y Caldas están en el bar Puerto decidiendo si ir a la lonja o no, no es lo mismo que imaginar a Wallander decidiendo en Brantevik si llama a Martison o a Svedberg para ir a Ystad.

Además de las tramas, que están bien, me encanta poder entender al 100% las ironías del autor, los dobles significados, la falta de entendimiento entre el comisario gallego y el ayudante aragonés, me divierte verme retratada en las costumbres más rancias de este país. Cuando Leo Caldas entra en un bar... entra en un bar, con sus humos (jejeje), el olorcillo a freidora, los viejetes que le miran raro, las sillas de madera oscura, la cañita, el marca sobado, los palillos, las croquetas secas, en fin lo que es entrar en un bar. Cuando Baiba Liepa entra en un bar le dan una sopa de verduras ¿? por dios -¡una sopa de verduras!- y un whisky.

Definitivamente no es lo mismo.

Las dos novelas de Domingo Villar -para posibles interesados- están editadas en siruela y se titulan La playa de los ahogados y Ojos de agua. A mí me gusta más la segunda, que mi mala cabeza (o buena) ha puesto en primer lugar. O sea, que de las dos me quedo con la de la playa. A lo mejor es por romanticismo. Fue la primera que leí y le guardo cariño.

La que estoy leyendo ahora (quien dice leer dice dos frases al día) es de Lorenzo Silva, y se titula La estrategia del agua. Aún es demasiado pronto para definirla, pero no pinta nada mal.

Feliz semana.

Comentarios

Lector a ratitos ha dicho que…
De las dos que mencionas, sólo he leído Ojos de Agua y tuve las mismas sensaciones que tan bien has descrito aquí.

Puede que sea verdad que no mantiene una tensión tan alta como Salander en sus trilogías (por cierto, estupendo personaje), pero a cambio, la novela autóctona te regala un sin fín de guiños que solo puedes entender si sabes de la idiosincrasia gallega, y del recio carácter aragonés.

Todo esto la convierte en una novela divertida, fácil de leer y desde luego muy recomendable.

Olvidé decir que fui uno de los que recomendaste el autor, hace ya algún añito.
Gracias por dármelos a conocer.

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