David

David se prepara para sus diez minutos de fama nacional. Dice que le verán unos dos millones y medio de personas, que debe ser la audiencia del programa ese de paseos por el mundo en el que esta noche hace su aparición estelar.

David es escritor, excéntrico, americano, una gran persona y un buen amigo. Y si, esperaré a las 00:00h para verle pasear por este pueblecín en el que vivimos y presentarnos a algunos de los personajes más ¿? de por aquí (en fin, al carnicero, al del pan, a la tabernera, al alcalssshhhhh).

O sea, que esta noche no hay Treme. Claro, que anoche tampoco hubo. Los Reyes (magos), que están en todo, se han dado cuenta de que llevo dentro -además de a la mismísima virgina woolf (por cierto, que estoy con El faro)- una especie de frida kahlo con un leve toque renacentista, y han metido por la ventana (no sabemos cómo) un caballete. ¡Sí señor! un caballete.

¿Para qué demonios quiero esto? - dije en cuanto destrocé el envoltorio, justo antes de lanzarme en plancha a por otro paquete -más pequeño- pero con un atractivo brillo verde).

Pues parece que no, pero sus majestades saben lo que se hacen y ya son dos las noches dedicadas a las pinturitas. Resulta que dibujo (esto no implica que lo haga bien) y cuando llega la soledad de los niños en la cama cojo el lápiz -normalucho, no os penséis- y no hay quien me pare.

¿Lo mejor? Los grititos de admiración de mis querubines por la mañana.

Qué cosas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Me encanta!!!
Es una auténtica gozada deleitarse con tus pensamientos escritos.
¡No dejes de plasmar en mi pantalla de ordenador todo lo que pasa por tu cabecita (¿loca?)

Un besazo,
Zelia

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared