15 de enero

La música en directo es de las mejores experiencias que se pueden tener, y eso que ayer fui a un concierto de rock y apestaba a tabaco. Eso de que en los recintos cerrados no se puede fumar, a unos cuantísimos no se lo han contado bien. 

Por otra parte, a los de oh oh lo mejor del mundo es el invierno pues nada, que espero que estéis disfrutando mucho del dolor de huesos y los mocos y la garganta regular. El frío es como los despertadores, me niego a creer que de verdad le gusten a alguien. Con lo bien que sientan esos gradetes de más de julio y agosto, por favor. Caminar y que el asfalto te queme los pies. La gloria.

Entre los aterimientos, las manos heladas, la humedad, la garganta que no termina de romper a doler, pero molesta, y los días grises me enfrento al blue Monday de mañana que qué pena no poder pasarlo debajo del edredón, así os lo digo.

Pero habrá que salir. No queda otra. Y además tiene pinta de que va a ser un día de los largos.

En fin, pilarín, vamos a por la semana, que se presenta interesante, y en unos días pues más y esperemos que mejor.

Por cierto, estoy leyendo un libro para un club de lectura que pffff madre mía qué intensidad. Es un no enterarme de nada formidable. Supongo que en otro momento más tranquilito, unas buenas y larguísimas vacaciones de verano, por ejemplo, lo hubiera cogido con más gusto, pero este leerlo a trompicones no ayuda, entre nosotros. Se titula La tercera boda y lo escribió el griego Kostas Taktsis. Por lo que sé fue su única obra publicada y tuvo una muerte entre rara y misteriosa.

Lo bueno es que me está llevando de viaje a Tesalónica y eso mola porque ya he estado y me gusta reconocer la ciudad.

Y con esto y un bizcocho, sed felices y a tope con todos los blue days que nos toquen!

L.
 

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