19 de diciembre...

... y aquí me tenéis, plantándole cara de nuevo al indomable covid hunter. No sé qué le doy, que le tengo enamoriscao y esto- entre nosotros- es igual de rollo que el vecino de arriba con sus escalas saxofoniles de las ocho de cada tarde.

Toda una desmesura de rollo. 

No quiero emocionarme, porque nunca se sabe por dónde va a tirar la cosa, pero parece que esta vez la lucha está resultado más suavecita que la anterior. Veremos y esperemos y crucemos los dedos porque esto termine en uno o dos días.

Por lo demás, con síndrome de Estocolmo. El viernes entregué mi proyecto de fin de máster y ahora me he quedado un poco sin contenido vital imperioso. En cuanto pasen estos días de miseria enfermiza me pondré manos a la obra para que el 8 de marzo pueda inaugurar un festival del que os iré hablando según se vaya materializando.

Solo os cuento que tiene que ver con libros. 

Of course.

Hablando de libros, hoy he leído uno muy apropiado para la convalecencia y para estas fechas tan entrañables. Se titula "La puerta de las estrellas" y es de una escritora (creo que) noruega. Es una historia que me ha recordado muchísimo a la vendedora de cerillas. Tiene como esa atmósfera fría, pero conmovedora al mismo tiempo. Lo he leído del tirón. Claro, que no es muy largo. Es una bonita historia para leer en Navidad. Os la recomiendo.

Ý poco más por aquí. Si todo va bien, mañana lo pasaré en casa, descansando y con un poco de alegría el miércoles, por fin, saldré.

Feliz semana a todos.

L.

Comentarios

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared