más de verano

Reconociendo todo lo reconocible, a mí el 90% de las creaciones de Dalí no me transmiten más que desasosiego e intranquilidad. Es cierto que suya es una de las pinturas que más me han gustado en los años que gasto, pero también es cierto que –entre nosotros y con mucho cuidado… el resto, ni fú ni fá.
Así las cosas, he acompañado a madre –gran seguidora del figuerés- a la expo que triunfa estos días en Madrid. Una retrospectiva, antología, barbaridad o como se quiera llamar de la vida del artista.
Más que los cuadros, me interesaron los documentos, las fotos, las cartas manuscritas; igual que más que el pintor me interesan sus vividurías de allá por los años treinta. Y sobre todas las cosas me fascina el factor antropológico de las leyendas del pop, digo del arte.


Y es que el paseo hubiera resultado interesante (la verdad es que está muy bien documentada) sin esa cantidad ingente de personas que hablan, personas que comentan, personas que explican, personas que sudan, personas que te empujan, personas ufanas por haber leído una carta con faltas de ortografía, sin darse cuenta de la irreverencia. Sin querer/poder ir más allá. Personas, en definitiva, que formamos una masa apta para cualquier rebaño en el que nos quieran meter a pastar.
A la expo le falta espacio. Espacio para pensar, para mirar, para leer, para evitar el molesto contacto físico. A la expo le falta silencio. A la expo –definitivamente- le sobra marketing.
Madrid es una ciudad de exposiciones y de museos y de poco interésautóctono por las exposiciones y los museos (ay, Giacometti) y aquí me surge el dilema de apoyar los marketings por su vertiente difusora de la cultura (todas esas personas sentadas en el suelo esperando la apertura de puertas hacia el grandalí) o de liarme la manta a la cabeza y odiar a las multitudes ignorantes.
Ahí ando.
Es que veréis. Mogollón. Círculo. Comentarios. Aspavientos. Oes. Aes. Abanicos. Expresiones de placer y de emoción. Un cuadro. Por favor. Que el cuadro está en el Thyssen. Por favor.
Que por una parte está bien la idea-antología-comercial. Para quien adore la obra de Dalí/Quiensea es una maravilla una exposición de tantas obras y de tantos documentos. Una maravilla, si se pudiera ver en silencio y con el recogimiento y el sosiego que exige disfrutar de la belleza. 
...
Esta noche más baño de masas. Cenita y conciertito rock. A ver qué cuento mañana.

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