Un poquito de fb
Lo mío con facebook ha sido visto y no visto. Vencí la barrera de la negación movida por la curiosidad, me enganché, me enganché demasiado y –no sin cierto sufrimiento (o sea)- le he dicho adiós. Fue el día en el que me descubrí con pasmo revisando fotos del primo de mi amiga Esther. Eran cerca de las tres de la mañana y no me quería perder ningún detalle, por lo que me dieron las cuatro o así. El caso es que previamente había estado escribiendo una historia, mucho más interesante que el primo, y me dio una pena terrible acostarme a la mitad del cuento (ya nunca fue) y con la cabeza llena de cumpleaños desconocidos.
Antes, además, había sufrido breves conatos de angustia mental… no-me-incluyen-no-me-invitan-quedan-sin-mí, ¿será que no me quieren?
Entre una cosa y la otra, una mañana me escapé. Y ahora surjo en forma de blog, que es algo a lo que ya le daba vueltas.
Espero encontrarme aquí con todos, o casi todos.
Y pasar ratitos agradables.
Ya veremos.
Antes, además, había sufrido breves conatos de angustia mental… no-me-incluyen-no-me-invitan-quedan-sin-mí, ¿será que no me quieren?
Entre una cosa y la otra, una mañana me escapé. Y ahora surjo en forma de blog, que es algo a lo que ya le daba vueltas.
Espero encontrarme aquí con todos, o casi todos.
Y pasar ratitos agradables.
Ya veremos.
Comentarios
Un saludo.
Por cierto que qué alegrón leerte. A ver si organizamos una competición de escritores en ciernes, ¿no?