chuches

Una de las cosas que creo hacer bien cuando me disfrazo de madre es no prohibir a los pins el consumo de chuches.

En mi casa siempre hay chuches, dulces y caramelos de todos los tipos. Las tengo porque me gustan, of course, pero también porque siempre pensé que la facilidad que da el tenerlas al alcance de la mano le quita la parte de ansiedad a su consumo.

Mi miniyo fue una tarde a casa de su vecinitos Israel y Tania y acabó en un rato (después de un hurto de 5 letras, con premeditación y alevosía) con un bote entero de caramelos. La cara de horror de la madre de los vecinitos, los vecinitos detrás cuchicheando sobre mis abultados mofletes y el chivatazo a madre, hicieron que el nudo en mi estómago alcanzara proporciones siderales.

Unos días después le pregunté a Israel o a Tania -mí no recordar- cómo era que teniendo todos esos caramelos tan a mano de abrir un cajón no se los comían a lo bestia, como había hecho yo.

Subida de hombros.

Cara de ni idea.

Bajada de hombros.

Fin de la historia.

Ya de madre amorosa conocí a una familia de alimentación estupenda y vida natural, bastante afín por otra parte a mi propia forma de vivir, que prohibía a sus hijos cualquier acceso al mundo venenoso de los colores de azúcar.

Sus hijos aguantaban el tirón en su casa, pero cuando venían a la mía se volvían locos como yo lo hice de mini. Cogían a escondidas todo lo que en su casa no estaba permitido. Se lo comían a escondidas. Cuando se iban, C encontraba los restos entre las sábanas, debajo de la cama o en un calcetín y ponía exactamente la misma cara de israelotania muytantos años atrás.

En mi casa hay chuches y mis pins pasan de las chuches. Pasan tanto que periodicamente renuevo, porque se me apolillan. Desde que vivo en el planeta de los mayores, tampoco yo ando atracando tiendas de caramelos, así que acumulo las que compro cuando pasabaporaquí y las de los cumples de amiguitos (curioso... cuando celebro los cumples de mis pins nunca doy bolsa de chuches al final, siempre preparamos una bolsa con regalitos que ellos eligen para sus amigos).

En fin, que nos gustan las chuches y las comemos con la tranquilidad que dan la libertad y el conocimiento de la importancia de una buena alimentación en el desarrollo de nuestros cuerpecitos (valequelomíonoescuerpecito lo sé, lo sé). 

Creo que no prohibir es igual de importante que explicar.

Ser coherente también es importante.

Muy mucho.

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