un post ñoño

El fin de semana pasado tuve dos posts en la punta de los deditos, pero entre unas cosas y un domingo vomitón me da que ya nunca serán.

En su lugar, ayer temprano (en la ducha) consideré la conveniencia de introducir aquí a mis hermanos meteorólogo y mini.

Este arrebato de amor fraternal muy pero que muy poco frecuente se debe al último correo de meteorólogo, que dice nube lenticular troncocónica espectacular que he cazado esta mañana yendo a esquiar… la calidad no es buena pero se aprecia lo brutal que es! (y la foto).

Hace mil años me preguntaron si meteorólogo y yo éramos gemelos. Por supuesto no –yo soy mucho (mucho) mayor y responsable- pero es cierto que tenemos una especie de telepatía cósmica excepcional (ejem, tenemos que hablar). Por ejemplo, sé que se estará tronchando con esto y que estará pensando algo del tipo es rara de cojones, pero sin tacos, que es muy fino. Meteorólogo ha sido mi compañero de infancia, me ha chantajeado hasta el fin, me creó un complejo descomunal de culo gordo, me ha espiado (aún le recuerdo meándose de risa en un armario mientras yo braseaba con no sé qué historias y miraditas a un espejo), nos hemos pegado hasta bien entrada la juventud… uf, ahora sólo me salen cosas malas pero debe haber habido alguna buena porque le quiero un montón y siempre me da mucha alegría verle.

Luego está Mini, que nació tarde y se perdió (i) todo lo anterior y (ii) tener una hermana en condiciones. Con Mini no he crecido y no sé si me alegro. No imagino eso tan guay de compartir ropa… ¡con ella! De vez en cuando me cuelo en su baño y me pongo todas sus cremas porque son exóticas y porque me da rabia que las tenga tan colocadas. Me encanta que Mini sea mi hermana, aunque ella y meteorólogo hacen piña contra mí (se creen que no me entero pero se les ve la pluma de lejos). Por cierto, que es una tía fenomenal. Tía de tía de sobrinos. Demasiado hiperactiva para mi estilo parsimonioso, pero definitivamente una monada (es súper chuli y tiene un perrito monísimo y repeinado).

Normalmente no hablamos mucho y de vez en cuando queremos organizarnos y hacer algo de hermanos, pero no nos sale. Y como no ejerzo de hermana coñazo mayor, pues así nos va.

A ver si ahora se animan y empiezan a hacerme la pelota para figurar más por aquí. De momento, podían ir empezando a pensar en la fiesta sorpresa que van a preparar para mi cumple.

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