Al mal tiempo ARQUEOLOGÍA

 

Durante el último mes he tenido la fortuna de participar en una campaña arqueológica. Este año ha confluido todo lo que tenía que confluir para que yo haya podido dar rienda suelta a mi vocación y, pala-paletín-catalana-y-cepillo en mano, haya disfrutado durante varios días de picar, cribar, perfilar, limpiar y pasar las mañanas con otros entusiastas buscadores de vestigios.

Un  ligero resumen de los últimos meses es la nueva voltereta que me deja plantada en el umbral de una nueva década con todas las puertas, una vez más, por abrir. Muchos cambios, tiempo para reflexionar qué nuevos caminos quiero transitar y la maravillosa posibilidad de hacer cosas que me chiflan como esta de las excavaciones. 

No todo van a ser angustias y ansiedades. Que viene la cosa torcida, mejor pasarla haciendo lo que nos gusta; con el valor añadido de que esto que me gusta requiere un esfuerzo físico tan brutal que debo liberar todas esas cosas de científicos que mejoran el bienestar general y nos dejan relajaditos y sonrientes.  

En este yacimiento nos hemos movido entre ruinas del siglo VII, descubriendo bajo capas y capas de tierra los restos de una más que probable necrópolis visigoda. Tengo que decir que en mi caso (no así en el de la campaña) ha  habido pocos descubrimientos. He extraído cerámicas y fauna animal y prácticamente ya, aunque he colaborado en el descubrimiento de varias tumbas que, cosas de los trabajos de excavación, probablemente se estudien en los  años siguientes.

Hoy prácticamente estamos de despedida. La campaña de excavación 2024 finaliza con el mes. Mañana será el último día de extracción y prácticamente nos queda la tarea de recoger y limpiar. Menos cansado y mucho menos emocionante. Aún así, la limpieza de lo que ha visto de nuevo la luz es una tarea que me gusta. Hoy he terminado la jornada en este rinconcito que veis a la izquierda, intentando dejarlo perfect. Son enterramientos que han aparecido parcialmente, ya que por cosas de la ley de Murphy lo han hecho lo suficientemente tarde como para que se queden, de momento, debajo del perfil del área delimitada para este año.

Entre nosotros, es una experiencia muy gratificante (supongo que si eres un apasionado de la arqueología, ofcors) que me gustaría poder repetir con esta misma intensidad en otras ocasiones. Suele ser complicado porque hay que compaginarlo con el trabajo. Otros años he participado cuatro o cinco días sueltos, pero, aunque para mí esos días son oro puro, no tiene nada que ver con participar durante toda la campaña. Ni la implicación, ni la intensidad, ni el disfrute es el mismo. 

En cualquier caso, es una experiencia que repetiré año tras años mientras  el cuerpo aguante. Ojalá pudiera compaginarlo con lo que venga para estar el mayor tiempo posible, pero si tengo que volver a los días sueltos, volveré, como el general McArthur.

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