'I celebrate myself'

Hoy es nuestro día. Hoy es el día de todos los que nos movemos de un lado para otro con una salud mental, cuando menos, delicada. 

Nos hemos dejado engañar y corremos agitados dentro de una rueda de la que no queremos salir. Puede que nos guste, nos sentimos tranquilos haciendo lo que sabemos hacer -seguir hacia delante- o puede que nos dé miedo el salto al vacío con golpe seguro que supondría salir de la rueda en marcha.

Así nos va de regular. Nada de parar y pensar y decidir. Va todo tan rápido que estás en la rueda o no sabes dónde puedes acabar. Lo que pasa es que también os digo que llega un momento en el que es el propio cuerpo el que se funde, el que deja de dar un paso detrás de otro. Y en ese momento en el que todo se ralentiza te das cuenta de que eres la última de tus muchas veces absurdas prioridades. Te das cuenta de que no vas a ningún sitio, de que estás dejando que pase el tiempo y el tiempo que pasa, ay, amigo, es irrecuperable y lo has perdido en un sitio en el que -cuando lo piensas- no te gusta estar, rodeado de gente a la que, a veces, ni te apetecería haber conocido.

Y cuando paras y te observas y te das cuenta de lo que pasa dentro de ti y reparas en la vida que has creado ves que a ambas cosas las separa el vacío. Y piensas vamos a darle una vuelta a la mitad de la vida que me queda, que esta vez sea de colores. Vamos a crear otra vida mejor. Y quieres acertar, pero ahí está el miedo para decirte al oído, bajito, que ni lo intentes. ¿A dónde vas? - continúa- con lo bien que has llegado hasta aquí. Con lo que has conseguido hasta ahora. Mejor vuelve a la ruedecita y reengánchate en lo que sea que estuvieras haciendo, que ya no tienes edad para experimentos.

Y ahí estamos muchos: intentándolo. Esforzándonos por encontrarnos mejor, para que lo que hacemos se corresponda con lo que somos, para abrir todas las cerraduras que bloquean las puertas que queremos cruzar. Y sí, me temo que muchas de las puertas las hemos cerrado nosotros. Y estamos cansados. Pero hay que seguir. Tenemos que celebrarnos cada día.

Walt Whitman fue un gran sabio.

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