Hola

Va a hacer casi un año que no me paso por aquí. Y qué año más regulero, que no malo... pero meh.

Ahora mismo solo puedo pensar que soy una pringadilla con muchas ganas de vacaciones. Este año -y ya van dos- me he pasado el verano levantando el país. Cierto es que en octubre tendré unos días de no hacer nada, pero el caloret lo he pasado en la ciudad. Y eso mola cero. 

En mayo volví a Madrid (lo que echo de menos Málaga no lo sabe nadie) y puedo confirmar que ya estoy medio adaptada a los nuevos/viejos ritmos de mi ciudad. Tengo proyectos en marcha. Unos días me ilusionan y otros me abruman, pero en general la perspectiva es alentadora. Ahora estoy en casa, tranquila, escuchando a Miles. Puertas abiertas al semivendaval, una vela encendida y poco tiempo por delante, que a las ocho vuelvo al yoga. La barra de acero en la que me he convertido va a intentar en un ratito lo impensable. Deseadme fuerza y constancia. De lo último ando escasa.

Estaba con mis cosas y he recordado que hace dos meses mi tía me dijo que echaba de menos mis escribiditas. Le dije que volvería y también que volvería a verla ese mismo fin de semana. Esta parte por lo menos ya está cumplida. La otra, la de vernos, espero que más pronto que tarde.

Total, que de vuelta en Madrid, con mucho lío en un trabajo que no me entusiasma, sin vacaciones, con las tardes libres (eso sí), con mucho madrugar (eso no) y encarando el otoño con calma y buenas ideas.

Y con una clase de yoga en 10 minutos a la que parece que voy a llegar tarde.

Así que aquí lo dejo por hoy.

Seguimos.

L.



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