Esas cosas

Yo en lo que creo es en la libertad de cada mujer para tomar una decisión, llegado el caso (evidentemente, dentro de unos límites que son los que debe fijar la legislación).

Me parece anacrónica cualquier manifestación contraria a esta libertad, como me lo parecerían las contrarias -por ejemplo- a la libertad religiosa. Son temas terriblemente subjetivos y no deberían utilizarse como bandera de nada.

Yo no he abortado.

Yo.

Pero puedo entender que otra mujer decida lo contrario. ¿Quién soy yo para imponer mis decisiones a esa otra? ¿y qué ocurriría si la imposición fuera contraria? ¿Si lo que se estuviera debatiendo fuera la obligatoriedad de abortar en cualquier caso? Impensable...

Igual de impensable debería ser esto que está ocurriendo ahora mismo en Madrid.

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