En el planeta del moco
Me suena que conocí a alguien que enfermaba periódicamente en octubre y marzo. Lo mismo lo he inventado. En cualquiera de los casos, he incorporado la idea a mi cuaderno de cosas que me pasan. Gripeo periódicamente. Los cambios de estación son fatales y -lo mío es más noviembre y tiro porque me toca- muy dados a hacerme pasar por la catarsis del moco. La cosa viene de lejos. Lo barrunté el jueves. Lo incorporé a mi organismo también el jueves, durante ese ratito de estar hasta las doce y media de la noche de palique en la plaza. Del viernes no me acuerdo. Ah sí. El viernes. Dolor de garganta y poco dormir. Ayer parecía que lo peor había pasado y me hice la fuerte. Nunca os hagáis los fuertes. Qué noche. Hoy sigo grunge y dolorida y con empasmotós y abonada al pañuelo desechable (de hecho, no tengo de otro tipo). Entre fiebres y limón con miel ya me he leído un par de libros. No hay mal que por bien no venga. También he procurado poner un par de lavadoras. La vida adulta es u...