una de propósitos

Ayer me preguntaba mi hermana por mis propósitos de año nuevo y después de valorar profundamente la alternativa de adelgazar veinte kilos decidí que no, que mi propósito principal para 2017 va a ser viajar y viajar.

Este mes que hemos pasado en Estados Unidos ha resultado ES-PEC-TA-CU-LAR y ha avivado por mil las ganas que habitualmente tengo de descubrir nuevos sitios. 

Mmm... 2016 no ha estado mal de viajes. Además de los USA, creo que he estado en Francia, en Italia (un par de veces) y en varios lugares y mares de España. Ahora no recuerdo bien, pero diría que no ha estado nada mal.

En 2017 quiero seguir conociendo sitios nuevos, compartir aventuras con mis hijos, descubrir más paisajes asombrosos y conocer a más personas tan maravillosas como las que nos ha regalado este último viaje que -ay- ya va llegando a su fin.

No lo leerán nunca, pero agradezco infinito la cena de nochebuena en casa de Daniel y Eileen, la tarde de fotos y cena rica de los Owen, esta misma tarde (cena included) en casa de Ms. P, las sonrisas y amabilidad de todos los amigos de A y J. Con todos me he sentido como en casa. Qué pena que el tiempo pase tan rápido cuando lo pasamos bien.

Sigo con la idea de contar Texas en este blog. Mis impresiones, curiosidades, recomendaciones para personas que puedan venir aquí... Sigo con la idea, pero supongo que quedará en plan caca. En cuanto llegue a Madrid, con sus fríos y sus cosas, y retome el día a día poder dedicar tiempo a contaros mi viaje quedará relegado a alguna tarde de domingo.  Prometo intentarlo, pero no prometo hacerlo.

Hoy estoy muy contenta y creo que es por el sol. Ayer me bañé en el mar (¿os he contado que adorísimo bañarme en el mar?) y hoy hemos paseado por la mañana hasta un parque. Como aquí hace habitualmente mucho calor (en diciembre hemos tenido una media de 23 o 24 grados, no me quiero ni imaginar agosto) en los parques hay una zona de juegos de agua. Y cuando estábamos ahí, tan en manga corta, disfrutando del agüita, del sol y del calor me he sentido tremendamente feliz.

Me da muchísima pereza volver. Muchísima. Millones de pereza. Toneladas. Pero nos queda todo lo que hemos vivido para siempre. Las sensaciones, los olores, el calor, el frío (también hemos tenido un par de días de abrigo), las comidas, la vida en otro país... Nos llevamos las mochilas bien cargadas: las emocionales y -por qué no decirlo- las físicas, las que se facturan en el aeropuerto. Nos llevamos un poquito de Texas a Madrid y nos lo llevamos para siempre.

Me encanta viajar y me encanta que viajar sea mi firme propósito para el nuevo año.

Y no se me olvida... a todos los que habitual o esporádicamente pasáis por aquí os deseo un gran 2017. Ojalá que el nuevo año haya llegado bien cargado de cosas buenas para todos.

L.

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