sueños

Llevo unas noches fantásticas de sueños y es que me estoy reencontrando con personas a las que hace siglos que no veo. De algunas ni me acordaba y oyes, qué ilusión.

A uno me lo encuentro al abrir una puerta, a otra en una reunión de trabajo, a otro dando vueltas por una plaza de Madrid, parece que ha perdido algo y me acerco a ayudar.

De repente llega un sueño y puedes terminar la frase aquella que se quedó a medias, o la historia entera. Preguntar qué tal las vidas, confirmar que todo marcha sobre ruedas y que -sí, sí- se acuerdan de ti.

Debe ser una cosa de viejunos, ¿no? lo de que te pase la vida en una noche. Ni idea, lo único cierto es que últimamente me están saliendo unas dormidas bastante revival.

Habitualmente sueño con desconocidos. Como todos, vamos. De hecho, hace unos días estaba no me acuerdo dónde y un bebé como de un año me miró fijamente y pensé pfff va a ser esto lo de las personas de los sueños, gente que se te mete en los ojos en algún momento y luego quieren salir cuando dejas de lado la consciencia.

Pero esta semana mi cerebro ha hecho un buen repaso vital. Qué cosas, ¿verdad?

Estos últimos sueños han sido tan intensos que los medio recuerdo con cierta gracia y puedo confirmar y confirmo que sueño en colorines.  Recuerdo especialmente el de la reunión de trabajo y no voy a contar que fuera en la India, cosa que podría haber ocurrido en el maravillosísimo mundo de los sueños, pero las cosas tenían sus coloritos aburridos de sala de reuniones.

Estaba pensando en dar el salto a las pesadillas, pero me voy a quedar en un sueño regu espectacular (no llegaba a pesadilla) que tuve hace unos años. No recuerdo de qué iba, pero en un momento determinado yo estaba sentada y me lanzaban arena. Me desperté sobresaltadísima quitándome todo aquello de la cara. Recuerdo perfectamente la sensación de tener la boca llena de arena y la nariz, y los ojos. Me recuerdo en la cama, medio dormida, sacudiendo la arena de los brazos. Todavía por la mañana seguía teniendo la sensación de la arena encima.

Aquello me resultó realmente impactante y no me ha vuelto a pasar.

Yo sueño mucho y todo con mucha intensidad. Tengo un cuaderno y un lapicerín al lado de la cama, pero jamás se me ha ocurrido sentarme a escribir y eso que a veces he pensado qué novelón acabo de vivir, Normalmente me despierto y (i) si el sueño me ha gustado cierro los ojos e intento revivirlo muchas veces, porque mola ser feliz aunque sea de mentira y (ii) si no me ha gustado, cierro los ojos muy fuerte e intento introducir cambios en la historia para darle una vuelta ideal y recuperar el equilibrio y la serenidad interior.

Sueño mucho y también sueño nada. En cualquiera de los casos, me encanta dormir. Me meto cada noche en la cama pensando mmm el mejor momento del día.

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