las semanas y mis cosas (I)

Que la semana comience el 6 de enero es pichi por definición. Un gran día lleno de muchos buenos momentos, paquetitos y unos cuantos libros al montón.

Que el 7 y el 8 fueran semivacaciones resultó súper. Dos días de regalo con mis pins (el segundo de rondón) en los que terminamos de montar el halcón milenario de lego, hicimos cupcakes, seguimos leyendo nuestro libro en común y fuimos muy felices juntitos los tres.

Vuelta al colework el 9 que, total, ya es jueves y para más regalarme... tarde de cosas-que-hacer-antes-de-cumplir-los-cuarenta. En esta ocasión le llegó el turno a las platas.

Las platas es algo que hacen las mujeres en las peluquerías. Yo soy de poco cuidarme el pelo y en las escasas ocasiones en las que entro en un antro de belleza no dejo de admirar a las bellas con platas en la cabeza, mientras ojean -indolentes y ajenas al espectáculo que son- revistas del corazón.

Con las platas puedes cambiarte a tiras el color del pelo.

En mi lista no podían faltar, ofcors, las platas. 

Antes de los muymuchos tenía que hacer algo con mi pelo y el jueves fue el día elegido. Prontito, así nomás empezar el año, para no ir dejando para mañana lo que tengo que hacer sin falta antes de que llegue mayo.

Elegí el color ciruela. Mezcla de violeta y rojo. Que nadie se asuste que apenas se nota. La intención era probar. Puede, repito, puede que me aficione a las platas y en unos años me convierta en una cuarentañera modernísima con pelos fantasía.

Peluquería, por supuesto, con mis matices: en vez de leer revistillas dediqué el tiempo a hacerme fotos y a mortadeloyfilemón. 

Más trabajar, más regalos y el viernes a esterilizar a gato. En los últimos quince días se ha pegado unas cuantas veces y aunque -como dice M- es el ganador, iba llegando con sus heridillas de guerra. Al final vencí mis moralidades y le llevé al veteri. Ahora tengo un gato pesadísimo que maúlla sin parar sus ganas de callejear. 

Cuando escribo sin parar quiero decir SIN PARAR. Es insoportable. Dolorosísimo en la cabeza. De ibuprofeno hasta el amanecer.

Hoy sabadito estuve en la casa solariega, con padres, hermanos y mininosotros. Y ahora que llega la noche me encuentro solita. C durmiendo en casa de una amiga y M en la casa solariega. Así que tengo pensado terminar el libro en el que estoy que para variar no es el que aparece ahí arriba (lo cambié por un hilarante He vuelto, regalito del otro día que estoy disfrutando hasta el infinito y más allá).

Y por fin mañana... Voto por Día del Pijama para acabar esta estupenda semana de colores.

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