de baches y sueños

Cierto que los días no nos regalan lo que más ansiamos. Es cosa de la vida y ofenderse con ella por esta pequeñez es bobo, porque si bien nos niega lo que creemos grandes cosas, cada momento está diseñado para que cositas de nada nos hagan sonreír. Y eso, lectores, no debemos olvidarlo.

Lo digo yo, la reina de esconderme cuando el día sale no, y lo digo en un día pichi con áreas de mar gruesa. Porque si no fuera así, el desmoronamiento sería colosal. El mío y el de todos en general. Si dejamos que las grandes cagadas de la vida dirijan nuestro camino, estamos listos.

No soy tan  heidi como para no enterarme de que esto es la vida y sufro mucho cuando hay que sufrir y mis escribiditas me valen de más bien poco. Pero es fácil relativizar desde fuera el mal rato de otra persona y decir cosas tan chulas como nada-ya-verás-tú-piensa-que-todos-los-días-pasan-cosas-buenas o dentro-de-tres-años-nos-reiremos-de-esto o piensa-en-las-cositas-de-nada-que-te-hacen-sonreír...

Cacadelavaca.

Supongo que nuestro instinto tozudo de caminar y avanzar y caminar y caminar es el que nos hace superar los baches, pero cuando no son los míos prefiero imaginar que son las cosas más absurdas las que nos ayudan a transformar el bache en un montoncito de hierba en el que tumbarnos a soñar antes de continuar nuestro camino.

Comentarios

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared