the quite man


No me preguntéis por qué, que no lo sé, pero hoy me he levantado con el romanticismo en niveles siderales y ahora siento unas ganas inmensas de ver el hombre tranquilo. Es probable que después de comer -si el libro al que me estoy enganchando no me lo impide- me meta en la cama con el ipad, las gafas, un té y la lluvia de fuera y dedique mi siesta a John y Maureen.
Luego voy al cine con los pins, pero eso ya será otra historia.

Me encantan los domingos domingos.

Y la lluvia.

Y el romanticismo este de hoy.

L.

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