querido septiembre, eres muy bienvenido.

No eres el mes que más me gusta -ahí están julio, octubre o abril para corroborarlo- pero tengo que reconocerte la ilusión de los comienzos. En esta vida compartimentada que tenemos, resulta que te ha tocado ser el mes que empieza nuestros ciclos.

Estás lleno de reuniones para comentar y organizar la nueva temporada, de compras y forrados de libros, de cuidados para preparar el cuerpo de cara a los frios que vienen, de escapadillas playeras de última hora, de uvas, de soles y colores maravillosos, de paseos...

Eres el final del verano y el principio del otoño y mmm... me encantísima el otoño.

Este año, además, eres mi principio de un buen montón de cosas nuevas. Proyectos que empiezan, ideas que se han materializado, oportunidades formidables...

Definitivamente, querido, tiene pinta de que vas a ser un gran mes.

L.

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