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Mostrando entradas de febrero, 2015

cosas que me gustan

Estoy cantando y como hacer dos cosas a la vez -imaginad escribir y cantar- es chungo, vais a perdonar el título de esta entrada. No se me ha ocurrido nada mejor. Que no es que me curre habitualmente los títulos, pero éste de hoy ha sido muy lo primero que se me ha pasado por la cabeza. Me ha entusiasmado un libro que terminé ayer mismo y tenía que compartirlo con quien sea que lea esto que cuento. El caso es que además del libro, me he creado una lista Lucía en el spoty con todas las canciones de mi historia y ando ¿os acordáis de aquella escena de tom cruise bailando por la casa en calzoncillos con una cuchara de palo de micrófono? así. Cambiadme los calzones por pantalones de la primavera que empieza y haceos una idea. Estoy saltando angel of harlem (en serio, ¿no hay nadie que quiera acompañarme a verlos en octubre?) y entre salto, graznido, cuchara y moonwalk me asomo aquí a contar lo de Wild .

nada

Mis últimos días han resultado activos y frenéticos. Sin tiempo para parar, más allá de algún ratito (lo intento) diario de vinyasa. La semana pasada resultó agotadora y la anterior digo yo que también. Encuentro aquí y allí momentos de lectura facilona. El resto, un enorme a-ver-si-se-me-gastan-las-pilas-un-poco-o-qué. Y de repente hoy. Una isla. Llegar a casa a las siete y media y no tener nada a la vista. Nada que hacer. Nada que pensar. Nada de nada. 

lágrimas de cocodrilo

La semana pasada me saqué el cinturón negro de lágrima fácil. Se me emborronaron los ojos por todo o todo lo que pasó fue lo suficientemente intenso como para lo de los ojos y las lágrimas. Lloré de emoción el martes, sin ir más lejos, cuando volvía en el coche del centro de discapacitados en el que colaboré como voluntaria, echando una mano con cosas de yoga. Al llegar al aula donde nos esperaban se me organizó un nudo fenomenal en el estómago, de esos que tardamos en deshacer. Me hice la fuerte y me enganché a Elena, una mujer con síndrome de down enganchada a su vez a un teléfono de juguete, a la que acompañé durante toda la clase. La acompañé, nos abrazamos, hicimos travesuras, hicimos un guerrero es-pec-ta-cu-lar, me puse al teléfono para hablar con su amigo Sergio, del pueblo, y un montón de cosas más. La semana que viene vuelvo, con muchas más ganas, si cabe.

últimamente...

... ando llena de energía y ganas de hacer cosas. Además, me he sacado el cinturón negro en voluntad de hierro y todo lo que me propongo se convierte en una experiencia realísima. Estoy desconocida. Esta semana tengo un plan súper. Voy a empezar yoga-voluntariado en un centro de disminuidos psíquicos. Ya iré contando la experiencia. Estoy ilusionada, como con todo lo que me está ocurriendo de un tiempo a esta parte.

munich

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