me vais a perdonar...

... pero una mudanza me ha quitado por lo menos tres años de vida. Podéis entender mi (i) ausencia y mi (ii) próxima incapacidad temporal para sentarme y contar.

Tengo previsto escribir sobre los libros de marzo, que fueron cuatro, pero de uno de ellos tomé tantas notas y -entre-nosotros- lo leí tan a principios de marzo que en este rollo de ordenar me da una pereza tremenda retomar ese trozo de la vida de antes.

A ver si el jueves.

Por lo demás, bien. Instalada en casa pequeña con un trastero lleno de otra casa y mucho trabajo por delante. Pero estoy taaaan contenta que todo el esfuerzo de los últimos días merece mucho la pena.

Por fin hoy he entregado las llaves de la casa de ayer (no sin un ataque de pena por la vida que se queda allí) y puedo pensar que el mogollón que tengo en el salón es el último de los mogollones que han inundado todo lo que abarca la mirada. En cuanto lo ponga en orden me dedicaré a descansar y a pasearme en albornoz por mis nuevos y sosegados aposentos.

Y sí, un día haré un monográfico sobre los cambios de casa. Y también voy a apuntar en mi cuaderno del blog hacer otro sobre la publicidad. Que he visto esta tarde un anuncio de una crema con veneno de abeja que aún estoy digiriendo. Ya no saben qué inventar. En serio, ¿todo el mundo alucina cuando ve el anuncio o sólo es cosa mía?

Además de mudancear, he tenido ocasión de hacer un par de escapaditas. Una al cine (ya conté que había organizado una salidita con tres compiamigos del trabajo) y otra al nómada market. Del cine pensé escribir -por supuesto cayó Ocho apellidos vascos- pero he leído ya tantos comentarios sobre la peli, que considero que el mío va a sobrar. Eso sí, me divertí millones. Y me reí más.

También mola que el lunes pintaron mi despacho de violeta y amarillo -ya está bien de todo blanco, hombre- y mañana iré contenta a trabajar y me sentiré fenomenal de colorines. Y como parece que nos tocan días de tiempo agradable y solecito, pues todo debería ir de lujo, como dice yusef.

Y lo dejo aquí por hoy, que me he liado con una policiaca de Lorenzo Silva y a ver si tengo un rato antes de que comiencen Los misterios de Laura, que me enganchó en el postoperatorio y hasta hoy.

... Así con la tontería me he puesto unos cuantos deberes bloguiles. A saber:

- Escribir sobre los libros de marzo, que fueron: Clases de literatura, de Cortázar; Solsticio, de José Carlos Llop; Los ignorantes, de Étienne Davodeau y Una forma de resistencia, de Luís García Montero.

- Escribir sobre las mudanzas.

- Escribir sobre la publicidad, que cada vez encuentro más absurda.

- Escribir sobre un par de cosas más que se me han ido ocurriendo mientras contaba esto de arriba y voy a apuntar en el cuaderno en una fracción de ya.

Comentarios

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared