mis lecturas de enero

Acabó el primer mes de 2014 con un total de 6 libros en mi montón de "leídos". Se trata de Legado en los huesos, de Dolores Redondo, Ha vuelto, de Timur Vermes, Poeta de guardia, de Gloria Fuertes, Memorias de Idhún I: La Resistencia, de Laura Gallego, El beso más pequeño, de Mathias Malzieu y El cero y el infinito, de Arthur Koestler.

Como dijo Jack The Ripper...

Legado en los huesos, editado por Destino. 550 páginas. Esperaba más. Es una novela policíaca protagonizada por una poli navarra: Amaia Salazar. En esta nueva entrega, se emplea a fondo para atrapar a un asesino en serie y para continuar con una vida inmersa en tradiciones, esoterismos varios y pasados muy muy raros.

Comenté el año pasado la primera de las entregas de esta poli, un libro que me gustó bastante que se llama El guardián invisible. Ya conté lo que me gustan las novelas policíacas españolas, tan cercanas y entendibles. Si la anterior me gustó, ésta no lo ha hecho tanto. Es una novela en la que nos damos mucha vuelta por la anterior, volvemos a la trama del guardián. El elemento fantástico, el pasado aterrador de la prota, los poderes brujeriles de su familia y de ella misma... Todo resulta tan repetitivo que dan ganas de empezar a leer en diagonal.   

La historia del asesino y los crímenes, pues está bien. Normalilla. No es contundente. Se producen una serie de asesinatos, con el elemento común de que el asesino material en cada caso se suicida, no sin antes dejar un mensaje dirigido a la inspectora en forma de palabra fantástica (tarttalo). Fantástica porque, como en la aventura anterior, vuelve a jugar un papel importante el "imaginario popular vasco". Está claro que nuestra prota tiene que encontrar al inductor de todos estos crímenes de mujeres que tienen que ver con una zona particular de Navarra. En este caso cuenta con su equipo y con la inestimable ayuda de un juez bastante guapetón que intenta con una insistencia muy aburrida que Amaia le haga caso. Por supuesto ella se siente super atraída por el juez, pero tiene sus problemas morales en cuanto mujer felizmente casada y con un retoño en brazos. También tiene problemas con lo de ser madre trabajadora y tal. En fin, que a mí la mezcla tan detallada (y larga) de vida personal y vida laboral no acaba de entusiasmarme. En general no me ha entusiasmado nada. Tanta información impide que la trama enganche, por lo menos a mí. 

Nada que ver con 

Ha vuelto. Este libro me ha encandilado. Desde la primera frase hasta la última. Está editado por Seix Barral y no le sobra ni una de sus más o menos 370 páginas.

Cuenta lo que le ocurre a Hitler, al despertar en Berlín en el verano de 2011. Es una novela divertidísima, que además tiene una doble lectura muy interesante.

Como lectura general, me desternillé. Imaginad a Hitler -el personaje está tremendamente bien construido (es exactamente como nos lo imaginaríamos cualquiera de nosotros en esta circunstancia) gracias sobre todo al lenguaje, a su forma de expresarse (está escrito en primera persona). Imaginad a Hitler, escribía, descubriendo una ciudad, no cualquier ciudad, Berlín, con ojos de 1940. Calles invadidas por extranjeros, un país dirigido por una mujer, restaurantes turcos, locos que recogen los excrementos de sus perros y los guardan en bolsas...

Imaginad también a los berlineses alucinando con un imitador tan perfecto del führer. ¿Dónde podría acabar? Efectivamente, en la televisión. Convertido en un fenómeno de masas. Le consideran un cómico genial y él -con el mismo discurso y por supuesto sin bromas ni gracias-  vuelve a revolucionar a los alemanes.

No puedo escribir nada malo de este libro. Me ha hecho reír a carcajadas, me ha entretenido y me ha hecho pensar. Contaba que tenía una segunda lectura. La lectura-sátira. La lectura que idiotiza a los medios de comunicación, a las audiencias, a nosotros mismos por nuestra falta de espíritu crítico, por esa falta de todo que puede convertirnos en fanáticos de lo que sea, en particular, de los pocos que se atreven a tener ideas propias aunque esas ideas estén en las antípodas de lo que creemos o queremos.

De verdad que recomiendo leer este libro. Es formidable.

También me ha gustado muchísimo, cambiando totalmente de estilo, de forma y de concepto, 

Poeta de guardia. Este poemario de Gloria Fuertes, re-editado por Torremozas hace nada, el día del decimoquinto aniversario de su muerte (el pasado mes de noviembre), es una delicia.

No me canso de contar que Gloria Fuertes fue una poeta excepcional y este libro es una muestra enorme de lo que digo. 

El libro fue editado en 1968 y re-editado de nuevo en el 75. Está formado por ocho grupos de poemas: Mi poética; Vivir: compás de espera; ¡Qué barullo en la herida!; Minipoemas; Poemas variados; La pica; Todas las noches me suicido un poco y La buena uva.

Contiene versos tan preciosos como "Escríbeme palabras al oído", "Por eso retorno a tus manos, que siempre me ofrecen un mendrugo de paz", "Cuando un árbol gigante se suicida, harto de estar ya seco y no dar pájaros", "Yo no soy triste, lo que pasa es que todos me miran con tristeza", "No tengo más que un traje y un cuaderno y mucho miedo a que se gaste el lápiz" o estos últimos del primer poema que tan bien dan título al libro: "Y nadie suena, o quema, o hiela o llama en esta noche, en la que, como en casi todas, soy poeta de guardia".

Adoro a Gloria Fuertes y espero que poco a poco su voz se vaya reconociendo como merece.

Qué más.

Memorias de Idhún I: La resistencia. Proyecto un cariño infinito hacia este libro. Estoy feliz de anunciar que he leído en voz alta cada palabra de sus 560 páginas. Es un libro que cada fin de día durante varios meses, he leído a mis hijos -los tres en mi cama- antes de dormir. Nos hemos reído millones, lo hemos comentado hasta el infinito y más allá, hemos imitado a los protas,  hemos puesto voces, nos hemos quedado fritos en más de una ocasión (madrugar mata y duerme). En fin. Es un libro que guarda recuerdos mágicos en mi vida.

Como libro, no es nada bueno (desde mi punto de vista, es más, desde mi punto de vista adulto -el libro está dirigido a un público menos pendiente de la forma que del fondo). Tiene un argumento-fantasía, lleno de dragones, elfos, unicornios, hechiceros, especies híbridas, espadas legendarias, lunas y soles, asesinos-serpientes, magos, torres encantadas. En serio que no falta de nada. Quizá un poco de contención. En la tierra de Idhún hay una lucha entre el bien (hechiceros, hadas, unicornios y dragones) y el mal (un mago remalo y su descendiente y un montón de serpientes voladoras). El mal acaba con todos los unicornios y los dragones menos con uno de cada especie. Los seres del lado del bien (aglutinados en eso que se llama "la resistencia") se encargan de ocultarlos, ya que la profecía dice que el mal será barrido gracias a esos dos seres. Los ocultan en la tierra, donde crecen con forma humana y sin saber lo que son en realidad. El mal invierte años en buscarlos para intentar aniquilarlos y que la profecía no se cumpla. Finalmente los dos bandos se encuentran y comienza la lucha. Aquí acaba la primera parte de la historia. La que hemos leído. El argumento es chulo para lectores infantiles, lo que no acabo de apreciar es la forma. Personajes que cambian de nombre a mitad del libro, frases comodín (hay un personaje que cada vez que dice algo lo hace tragándose las lágrimas), vocabulario o limitado o demasiado rebuscado, aclaraciones a los comentarios que dan risa, todo aderezado con continuas y aburridas dudas, inseguridades y vacilaciones de los personajes. Otra cosa regu es que el desenlace-sorpresa se ve venir muy de lejos y cuando por fin llega solo sale reírse mucho entre aplausos de por fin.

Pero ya digo. Leerlo a tres me ha hecho muy feliz. Por cierto, que ya estamos metidos en la segunda parte. Dentro de unos meses, os contaré (ya adelanto que sigue la misma línea).

El beso más pequeño. Editado por Reservoir books. Este libro es una curiosidad. Es una historia de amor tan extraña que me ha encantado. Es absolutamente fantástica. Un chico víctima de un abandono amoroso se enamora sin pensarlo de una chica que desaparece cuando es besada. El chico, desesperado por encontrar a la chica invisible, recurre a un detective privado especializado en encontrar chicas difíciles, que le regala un loro. Entre los tres dan con ella y el chico acaba fabricando besos, con forma de bombón, para poder vivir con la chica sin que ésta desaparezca. A todo esto, la primera mujer regresa con pretensiones amorosas, cosa que da rabísima ahora que nuestro chico es másomenos feliz con su chica y para terminar de conquistarlo, la chica del beso zas nos da una lección de final sorprendente muy estupenda.

Lo que más me ha llamado la atención de este libro, es que es fundamentalmente mágico. Mágico en cuanto a irreal. Cuenta una historia tan tan tan basada en una imaginación asombrosa que -eso- resulta sorprendente. Además, es un libro en el que el escritor juega con las imágenes, y eso es algo que personalmente me encanta. Mirad qué frase: "Antes de la aventura con la chica invisible, yo había perdido la guerra mundial del amor" o esta otra "En mi hombro izquierdo, el loro desentonaba, con sus aires de cielo de verano" ¿Entendéis a qué me refiero? Pues el libro está plagado de frases-imagen como estas. Sinestesia, se llama. Y a mí me encanta.

Y ya por fin (aplaudo al lector que haya llegado hasta aquí)


El cero y el infinito. Un libro editado en 1941 y publicado aquí por Debolsillo de Random House Mondadori. La acción del libro se desarrolla (aunque no es explícito, no queda otra) en la época de las purgas stalinistas y cuenta la historia de la detención, tortura, declaración y ejecución de un revolucionario ya viejo llamado Nicolás Rubachov.

El relato refleja el totalitarismo y sus mecanismos de destrucción. A lo largo de las páginas, el protagonista sufre una aniquilación psicológica brutal, a través de mecanismos de tortura como la falta de sueño. La aniquilación psicológica le conduce a la física. Tiene tanta necesidad de acabar consigo mismo, con el cansancio, con el sueño, con su vida, que con tal de que le dejen en paz firma lo que haya que firmar, confiesa lo que quieran que confiese. Es una historia muy dura, en la que el declive o la merma de la fuerza mental de Rubachov acaba resultando angustiosa.

Además, y entre las líneas, el libro tiene una dialéctica ideológica nada desdeñable.

...

Y esto ha sido enero, amigos.

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