la entrada de la discordia

Gato ha estado tres semanas de vacaciones en casa de Ó (gracitas, guapetón). Ha comido mucho y bien. Es evidente que le han mimado horrores. Ha estado tranquilo y el inconveniente de no salir a callejear lo ha solventado con cenas suculentas de ternerita y pollo y mucho mirar por la ventana.

Llegó ayer entre muchos grititos de alegría (míos) y esa indiferencia gatuna que se-nota-que-me-quiere-pero-no-nos-vamos-a-entusiasmar-más-de-la-cuenta. Me gustan los gatos y me gusta mucho miau.


Creo que los gatos son muy incomprendidos en líneas generales (está claro que las solteviejis inglesas los tienen en muy alta estima). Todo el mundo adora a los perros. Los perros son los grandes amigos del hombre. Tienen personalidad. Saben perfectamente lo que sus dueños quieren y piensan. Tienen un sextísimo sentido. Increíble cómo aguantan a los niños. Son listos. Son guapos. Nos chupan y mueven el rabito de felices que son.

Los gatos sin embargo son ariscos, arañan, no quieren a nadie los niños que ni se acerquen, no hablan con sus dueños. Son todos iguales. No nos chupan y el rabito no es rabito sino cola y si la mueven es de puro aburrimiento y superioridad mal entendida.

Paparruchas.

Generalizo gatos partiendo de miau. Mi gato es adorable. Tiene sus momentos y mantiene las distancias, pero le gusta sentarse a mi lado y que le acaricie y aguanta toneladas de movidos momentos con M. Me avisa cuando tiene hambre de comida no pienso. Viene a la puerta a recibirnos cuando oye la llave en la cerradura. Es juguetón y muy guapo y sabe si estoy tristona y entonces se sienta mucho más cariñoso encima de mí.

No es plomo, ningún gato lo es. No está permanentemente encima de uno, cosa que para mí es bien. Le gusta estar solo y mirar por la ventana. Y jugar con cascabeles.

Es una gran compañía que requiere un cuidado tierno pero justo. Se vale por sí mismo. Es limpio, bueno, cariñoso y ronronea. Dan muchas ganas de copiarle los estiramientos. Es feliz con muy muy poco. Le puedo dejar sin angustias al cuidado de otras personas, sabiendo que no va a generar ningún problema. 

Y ha vuelto sin chantajes ni malas miradas. Ha vuelto como se fue -más gardfield por gordinflón, si eso- feliz con su vida casera y sus incursiones en esta naturaleza poco salvaje que nos rodea.

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