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Junio ha sido un mes de mucho hacer y poco sentarme. Desde mi tremendo cumpleaños aaaarrrggghhhhhhhmeacercoaloscuarenta mi vida ha sido un no parar de trabajo, planes y proyectos. He ido de oca a oca, siendo las ocas los hitos del mes.

Parece (sólo parece) que la cosa terminó el sábado pasado, en la boda de mi hermanísima mini, pero mañana dirijo un plan de chicas de 12 años, que pasa por el parque Warner, pasado pisci con pinamigos y pleno, el sábado cumple de M y el domingo zuuuummmmm viajecito a la playa.

Lo que es un no parar.

Entre oca y oca me ha dado tiempo a dos libros: Los crímenes de la Gran Vía, de Juan Carlos Garrido Luque y Retrato de Giacometti, de James Lord.

Los dos me han encantado.

El primero sigue esa pasioncilla que me ha entrado ahora de leer novelas policíacas ambientadas en España. En este caso es Madrid y me resulta ideal. He tenido ocasión de recordar mi vida en el centro, ya que la comisaría de marras es la de la calle leganitos, en Plaza de España.

Me gustó días después subir por leganitos y pasar por la comisaría imaginando dentro a los protas de libro y me gustó volver a Esfahan, un restaurante persa de la zona.

Con ese título, podéis imaginar el argumento. Si no, os cuento que hay un asesino en serie que se va cargando al personal que trabaja en los musicales de la gran vía. Van muriendo, los poliprotas van cercando al asesino y lo cazan de un modo muy teatral.

Un libro que es bien.

El otro inevitablemente tenía que gustarme. Me gusta la obra de Giacometti y leer sobre él y su proceso creativo me ha resultado muy interesante.

El libro es curioso. Giacometti pinta un retrato del autor del libro y el autor publica las impresiones y notas que fue tomando durante los días en los que posó para el retrato.

Además de lo que aconteció entre ellos durante esos días, a cada capítulo le precede una foto con el estado diario del retrato. Muy útil porque gran parte de los comentarios se refieren al mismo.

Una casualidad leer este libro justo ahora, coincidiendo con la exposición de las esculturas de Giacometti en la fundación mapfre de Madrid, que por supuesto no me pienso perder.

Y poco más en esta entrada. A ver qué tal se me dan julio y la lectura. De momento he acabado uno (los buenos suicidas). Pero esto es adelantarme a los planes cuentalibros, así que aquí lo dejo.

Contenta de haber vuelto a tener tiempo para escribir.

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