distensiones

Pedorrísimos acontecimientos se suceden con la feliz consecuencia de catapultarme a la playa el día menos pensado.

Una, de naturaleza bien zen, se va cansando de yoguear in situ las maquivélicas punzaditas que le va dando la vida. Imagino que poner un poco de tierra, mar y perspectiva de por medio me sentará requete por lo de los iones negativos.

Así que aprovechando los días felices de las no vacaciones, creo que voy a intentar -si mi antológica pereza tiene a bien- un paseín dominguero por la playa, que me reponga de este desembarco al mundo laboral tan cercado por gente ignorante, incapaz y mala.

Por lo demás, con lecturitas nuevas y emocionantes proyectos en el horizonte muy relacionados con esto de las letras en las que encuentro tanto sentido a todo.

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