vale

La entrada anterior es una extravagancia rosa pastel, motivada seguramente por tantos días de nada y la ternura de la lluvia. 

De vuelta en el planeta de la normalidad, la semana va bien. He tenido la suerte de unos días de vacaciones no interrumpidos por las intrigas políticas -desfachateces, más bien- mil veces repetidas en un pueblecito de la sierra acostumbrado a caciques de medio pelo.

Pero mis dedos están cortados, que es como decir que mis labios están sellados en este mundo de las escribiditas digitales.

Así que a otra cosa, mariposa.

Ayer -hace unos muchos años- se metió en un río con los bolsillos cargados de piedras mi admirada Virginia Woolf. Tenía sesenta y tres años. Muchos desconocen que no era jovencita, que ya tenía sesenta y tres años. Una edad cercana a la muerte natural allá por 1941. O no. según se mire. Los ingleses, a veces, son longevos.

Esta última idiotez me ha salido verdad de perogrullo (que a la mano cerrada se le llama puño, ay Chelo) al acordarme de unos conocidos ingleses y de Mrs Marple. Perdonad mi impulso al escribirlo y la osadía de no hacer un delete delete delete.

A lo que iba. Se dejó llevar a los sesenta y tres, con un libro recién publicado, por lo que parece con un gran compañero de vida y un mundo interior que ya quisieran muchos para sí.

Se dejó llevar bastante después de haber escrito las cinco palabras que dan título a este blog: una tiene sus locas vanidades. Ahí lo tenéis. Ella tenía sus locas vanidades y -os lo puedo prometer- coinciden mucho con las mías. Supongo que de ahí la admiración. 

Mi recuerdo emocionado hacia la escritora y hacia la mujer. Sigo leyendo y releyendo lo que escribió y no puedo dejar de sentirme fascinada por ello.

Más.

Parece que jotdown ha sacado nueva revista. Que el papa es jesuita. Que no entiendo en qué pensaban los académicos con lo de las tildes de los pronombres. ¿A dónde vamos a llegar? Deberían renovar miembros, no reglas. ¿No es mejor mostrar una imagen moderna con académicos modernos? ¿Es necesario modernizar cambiando las reglas de acentuación gráfica?

Espero que no haya sido a propuesta de Pérez Reverte. 

Por si no os queda claro, me incomoda bastante. No me gusta cómo escribe. Ni a la suela de los zapatos le llega a Virginia. Ni a Virginia ni a tantos miles de otros.

¿No os molesta profundamente el uso abusivo de un lenguaje técnico y/o en desuso? Esa manía de intentar admirar a los mortales con párrafos que no se pueden entender, plagados de palabras tan técnicas y rebuscadas que pasas de largo sin entender más que hay unos barcos en el mar.

Buuuuuuuuuuu.

Hoy estoy guerrera o nerviosa o aburrida.

Va a ser lo último y soy como M encerrado. Necesito salir de casa y correr y saltar y descargar energía. Tantos días de puertas para adentro no me están sentando ni bien.

Eso sí, leer estoy leyendo un rato.

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