feliz como un regaliz

He empezado 2013 leyendo un libro. La muerte de Virginia, para ser más precisa. Lo comencé anoche, según entré en la cama y lo he acabado hace un rato, el necesario para reflexionar un mínimo acerca de lo leído.

No os sorprendo si anuncio que me fascina Virginia Woolf (la frase una tiene sus locas vanidades proviene de uno de sus libros), su forma de escribir, su vida en Londres a principios del siglo XX, su faceta de editora... son múltiples los intereses que proyecto hacia esta mujer).

La muerte de Virginia es el último libro de los que componen la autobiografía de Leonard Woolf y el único que se ha editado en España. Entiendo que porque lo que nos va es la escritora suicida y no un interesantísimo recorrido vital de casi 90 años por nuestro pasado más reciente.

De hecho, el mismo título en castellano del libro nos da una idea del fin editorial perseguido: vender y vender, ya que la traducción literal del título original "Lo importante no es llegar, sino el viaje" (The journey not the arrival matters) no hace ninguna alusión ni a la escritora ni a su romántica desaparición.

Dicho esto -que me ha indignado un poquito- el libro me ha gustado mucho, tanto que estoy planificando una escapada a Londres (ay) para hacerme con el resto de la autobiografía, así como para pasearme por algunas librería de viejo a buscar y rebuscar según qué cosas.

Me gusta lo que escribe sobre las diferencias anímicas ante las dos guerras mundiales, sobre el individualismo, el periodismo, el trabajo, la puesta en marcha de una editorial. Me gusta la sensibilidad que desprende, el amor hacia una mujer. Comparto gran parte de las ideas que he leído (la importancia de la educación, del espíritu crítico y de la cultura). 

Lo que os cuento, tengo ganas de conocer el resto de una vida que rezuma historia y inteligencia.

El efecto colateral de conocer de refilón datos sobre la vida cotidiana de VW ha hecho de esta lectura -además- una pequeña y muy inesperada alegría y que haya empezado el año de manera formidable.

Despertarme y engancharme a un libro hasta terminarlo es algo que no me ocurría desde hace un tiempo. Y la felicidad de reencontrarme con la literatura de esta manera me hace sentirme, en estos momentos, muy muy feliz.

Y poco más por hoy. Me siento tan entusiasmada que voy a releer alguna de las partes del libro éste que me ha hecho comenzar 2013 con muy buen pie.

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