let it snow, let it snow, let it snow

Ayer tuve una experiencia cercana al espíritu navideño. 

A la salida del cole, en vez de venir directamente a casa, llevé a los pins al vivero. Ellos corrían, se pegaban, me asesoraban, reían. 

Yo 

me hice con una coniferita.

Llegamos a casa en un coche lleno de navidad y con nuestras cabezas cociendo ideas felices para la tarde.
Y ya os digo que fueron felicísimas y la tarde inmejorable y yo de repente empiezo a entender el rollo navideño, de luces, alegría y tal.

Lo del arbolito es el resultado del ánimo entrañable y alegre con el que me ha dado por vivir últimamente. Un día de estos decidí que iba a regalarles a los pins la felicidad de una madre navideña. Y creo que lo he cumplido mucho más allá de lo soñado.

Montamos un árbol alternativo fruto del reciclaje de pequeñeces que he ido guardando desde el verano sin tener claro para qué.

Y lo montamos bailando, cortando, pegando, colgando y cantando los tres juntos. Se nos cayó todo por el suelo y jugamos. Y fuimos muy muy felices.

Hoy hemos bailado christmas carols, especialmente Santa Claus is coming to town y let it snow (mi versión es la de Randy Greer, con Ignasi Terraza al piano)

Éste último titula la entrada por esa imagen tan bonita y apropiada: deja que nieve. 

Deja que nieve.

Olvídate de las cosas malas (1).

(1) la nieve mola y vosotros me entendéis.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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