oasis, soledad, lluvias, pasta y vaya con dios

Desde la última vez que escribí se me han ocurrido muchos posts -o sea, muchas entradas. Me resulta divertido vivir en blog. Se me ocurre una frase, se me ocurre una idea, se me olvida, me lo apunto, la intento memorizar, no funciona, se me queda en la punta de la lengua, no tengo tiempo, tengo tiempo pero lo dedico a mirar por la ventana, esas cosas.

Por ejemplo, últimamente he pensado metaforear sobre los oasis, convirtiendo en pequeñas zonas verdes esos espacios y momentos que nos separan de golpe de nuestras angustias diarias. Mi sillón a veces es oasis, como un paseo corto por la orilla del mar. Sentarme y mirar el horizonte es otro oasis o en mi caso, conducir.
 
También se me ocurrió escribir sobre las personas que no pueden estar solas. O que no saben. O que no quieren. Esas personas que necesitan salir de sus casas y encontrarse con alguien –da igual quién- para sentirse mejor. A mí me gusta estar sola. Lo otro –cuando es siempre- simplemente no lo entiendo.

Podría escribir eternamente sobre la lluvia, sobre la inmensa alegría de ayer no por las gotas, sino por trabajar al lado de donde vivo y haber evitado el colosal atasco de entrada en Madrid. Qué facil olvido cosas que hace sólo dos años para mí eran sueños. De la lluvia de ayer me quedo además con otras dos cosas. El oasis de ese rato de madrugada oyéndola caer y el paseo de por la tarde, ya con sol, por un campo lleno de recuerdos y olores.

Más vulgar fue pensar anoche en escribir un post sobre la comodidad de tener pasta en casa. Uy, no tengo cena, y en un iryvenir zas! unos estupendos y humeantes platos de pasta –con lo que sea- sobre la mesa. De hecho, pensé que nunca he publicado una receta. Cualquier día me pongo a ello. ¡Con lo que me gusta recetear!

En fin, que aunque la vida no me deja sentarme y escribirla, la pienso mientras paso de una cosa a otra y me divierte imaginarme comentarios a estas cosas tan normales que nos pasan cada día.

Como ayer, que volví a los 17 al escribir una palabra que me llevó sin querer a esto de aquí abajo.


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