me voy a la cama

El fin de semana empezó bien, encontrando un libro que me apetece en una librería del centro. El fin de semana ha acabado en un centro de otro tipo, que es algo que me espanta pero miraves, hoy no ha estado tan mal (ayuda haber ido a la hora de la comida).

El libro lo tengo aquí al lado, a mi izquierda, esperando paciente a que termine de contar un par de cosas para acompañarme a la cama. Y las dos cosas que tengo que contar han pasado el fin de semana.

La primera es del viernes. Con el libro aún en el bolso tuve la oportunidad de escuchar a Pedro Duque hablar sobre los viajes espaciales. Además de ser brillante, tiene un estupendo sentido del humor, lo que hace que escucharle sea una auténtica delicia.

Pues veréis, una vez terminada su interesantísima intervención salió pitando (volando resulta escaso) hacia el coche, flanqueado por mmm.... debíamos ser cinco personas. De las cinco a cuatro nos hubiera encantado continuar la conversación de antes -no siempre tiene uno la oportunidad de pasear al ladito de un astronauta- peeeeero a la número cinco -ya adelanto que con una sensibilidad de ñu- sólo le interesaba convencerle de que grabara unas palabras para canalcam.

Un despropósito.

Una imbécil.

Se nos fue espantado, el astronauta.

Aún así, me declaro fan incondicional de Pedro Duque.

Escribí antes que tenía que contar dos cosas, pero no logro recordar la segunda. Puede que fuera una crítica super trendy a unas gilipolleces que leí ayer, pero si es eso... paso, recordad que tengo un libro interesantísimo deseando que me meta en la cama.

Así que os dejo por hoy. Mañana más, el fin de semana que viene también (iremos a la feria del libro viejo y antiguo y lo mismo al teatro, aunque eso no lo podría jurar) y todo con una sonrisa porque estoy contenta, pero muy contenta.

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