momentos especiales

Hoy me he despertado a las siete de la mañana y me he quedado en la cama pensando y pensando y a veces sonriendo y dando vueltas calurosísimas hasta que -vaya- me he vuelto a quedar dormida.

Casi eran las doce cuando me he despertado por segunda vez.

Y ahí estaba, pensando en mis sueños, cuando M ha hecho lo propio. Hemos bajado a desayu y mi chiquitín no paraba de contarme cosas con bigotes de leche y migas de galleta. Y de repente ahí me tenéis, delante de él, con unas ganas terribles de espachurrarle en un abrazo de madre oso.

Momentos como esos me hacen feliz.

Hace un rato, después de comer, me he encerrado en la cocina para relimpiarla. Eso -entre nosotros- era mi coartada para otro momento único, el de engancharme a la música y bailar y cantar y dar vueltas con el micrófono de cuchara de palo mientras los restos de la vida anterior a la comida iban volviendo a su sitio poco a poco.

Ahora estoy sentada en la mesa. M está en el suelo descubriendo todos mis tintines y asterixes. Tararea una canción de los blues brothers. Yo leo y escribo estas cosas tan ñoñas.

La vida está llena de momentos tranquilos y simples, como estos, que por fuerza nos tienen que ayudar a seguir avanzando.

Vaya! Me releo de un sensiblón...

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