lo que me cansan los bocazas

La motosierra es el complemento básico de la mano del cachas, un macho sin palabras al que no me imagino antes de descubrir las posibilidades de la máquina de los cojones.

Se acerca la primavera, se acerca la primavera, se acerca la primaverrrrrrrrmmmmmmmm el cachas ha salido del letargo. Un año más, los simpatizantes del grupo amanecer sin decibelios nos juntamos en la calle a despedazar al maldito cachas... en sentido figurado -quiero decir- porque a la hora de la verdad no hay valiente que le tosa, y es que el cachas acojona en el imaginario colectivo. Que yo sepa somos pocos los que hemos tenido la oportunidad de verle. El cachas se agazapa, se mueve con sigilo hasta que zas! interrumpe la siesta de pajaritos y chicharras con su desatada pasión por la poda.

Se rumorea que su necesidad de realizarse con una motosierra comenzó hace quince años, una tarde de verano en la que no encontró nada mejor que hacer. Desde entonces ya son varios los nervios destrozados y por lo que oí ayer, de este año no pasa.

Entre nosotros, yo soy bastante escéptica al respecto. Lo que al final ocurre es lo de siempre... somos muy mayores, somos muy adultos, nos encanta escucharnos, si eso mejor ve tú que yo es que ahora tengo que hacer una llamada.

Vale, quién me acompaña

Ostras, ¿no es Laura la que está llorando?

Creo que sí, voy a ver qué pasa

Espera que te acompaño

Yo tengo vendas en casa, voy a buscarlas por si acaso

Y yo betadine

¿No os apetece una cerveza? Venga, bajo a mi casa y os traigo una

Y patatas... Vaya no me ha oído, deja deja ya voy a por ellas

¿Y tú? ¿También me vas a dejar sola?

Guau

Lo mismo este año me hago con un aparatito de esos y me alío con el cachas, con un par.

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