para los que se cabrean porque no sigo la corriente

No soy políticamente correcta, lo que no me convierte necesariamente en maleducada.

No me importa lo que penséis de mí.

Soy absolutamente consecuente con mis pensamientos y con mis sentimientos.

Nunca esperéis de mí lo que esperáis del resto del mundo.

Soy leal y jamás ignoraré la llamada de alguien a quien quiero, aunque eso no signifique que me pase el día pegada a las personas a las que quiero o incluso que me preocupen sus quehaceres diarios.

Me gusta que la gente que me rodea sonría. Tanto, que mis penas son privadas.

Escucho más que hablo y tengo la capacidad de ver más allá de lo que ven otras personas. A veces, entre lo que escucho, lo que veo y lo que siento no me hace falta preguntar.

No sé qué es la autoestima, pero tengo un amor propio envidiable, que es el que me va colocando poco a poco en los lugares a los que quiero llegar.

Lloro de rabia y de impotencia y de tristeza infinita y cuando basta abro la puerta y busco soluciones.

No me gustan los enfrentamientos, aunque soy capaz de provocarlos con una mirada.

Soy como soy y si no os vale, el problema ya no es mío.

Comentarios

Molando voy

Las buenas acciones y sus consecuencias

hablar

frases de pared