de risa

No es bueno reírse de los demás, lo sé, pero es que hay gente que se merece un par de buenas carcajadas, de esas que empujan los niveles de buen humor hasta el infinito. Aquí donde vivo hay un par de ejemplares francamente interesantes, y hoy me quiero sentar a escribir porque llevo dos horas instalada en la risa floja y necesito evolucionar a cosas más serias.

Hoy las lágrimas de reír se han derramado por uno de ellos. El poeta local. Nuestro incomparable carlos de benito.

Sería digno si no se creyera Lorca. Escribir es difícil, es un trabajo duro y cualquier persona que da sentido a tres palabras tiene toda mi consideración. Pero éste no. Las junta regulín, se pone un gorrito para dejarse caer por el pueblo y nos mira por encima de un hombro sin ortografía.

Tu piel morena hace que la noche
sea vastante oscura y soleada
cuando tus ojos inusitados me miran Indescriptibles.
Tu alcova es bonita y pulcra
Jamás, es una palabra que no.

Lo que se dice con un par.

No me haría tanta gracia si fuera un tipo sencillo (de hecho, me suelo quedar prendada de cosas más lamentables), pero es toda esa soberbia que rezuma la que le convierte en el irresistible punto de mira de mis días tristes. Y es que ya se ha convertido en el remedio seguro contra esta primavera.

Y ahora que elegir la palabra exacta me ha serenado, confirmo que estoy bastante liada con la vida. Aún así, doña musa ha vuelto (lo mismo tiene que ver) y estoy retomando ratos de escribir. Lo bueno es que tengo un plan. O sea, tengo un proyecto. O sea, tengo una idea. Y es bueno porque se me hace más fácil sentarme y ponerme manos a la obra.

Lo que en ningún caso quiere decir que vaya a dar un empujón progresivo y constante aquí a mr. blog, al que –he heredado el gen de mi abuela- seguiré haciendo engordar, pero ahora más sin prisa, que estoy sin tiempo.

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