tengo una debilidad

Tengo varias, para qué andarme con medias tintas, pero hace unos días que doy vueltas a ésta que hoy cuento, que se llama enrique bunbury. Me vais a decir que va de tío intenso -como si los demás estuviéramos aún por alfabetizar- que tuvo muchas ganas de parecerse a jim morrison (supongo que a estas alturas ya lo habrá superado), que pone caras raras y que es un engreido pero es que me da igual.

La primera vez que le ví, que por cierto fue la última, era telonero -con héroes- de loquillo (si echáis cuentas oh oh estoy en la flor de la vida). Hasta aquél entonces, qué cosas, me emocionaba esto. A partir de aquélla noche pasé a esto otro y de ahí a todo lo demás.

No me considero frikifan, es más bien una debilidad imperecedera que de vez en cuando retomo en el coche o en la cocina con un micrófono de zanahoria. Es como esa cosa tan cursi de volver a casa... Le escucho y tachán lo que se remueve por ahí dentro reconforta. No pasa nada. La vida va bien. Ahí está el chuli para cantármelo.

Hace unos meses actuó por aquí, así que intenté convencer a meteorólogo para que me acompañara a verle. No le debí dar la pena suficiente y el intento quedó en nada, y como no es excesivamente popular entre mis alrededores, pues otra vez será.

Por lo demás puaj, de casi lunes.

Comentarios

BailaBailarina ha dicho que…
a Jair le encanta! ya sabes para la próxima!

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