sensitive

Hace unos cuantísimos años diseñé en un arrebato las cortinas de mis pins sin imaginarme la sonrisa de ayer, cuando al entrar en la habitación de M me sorprendió una sombra en la pared.

Cuántas veces no apreciamos estas cosas tan simples, capaces de abrir un paréntesis en una clara tarde de febrero. Estamos tan acostumbrados a mirar sin ver que nos perdemos casi toda la magia de la vida.

Ahora, pensando en estas cosas, me doy cuenta de que ayer tuve unas cuantas dosis de magia. (i) Una persona a la que apenas conozco me regaló unas entradas para un parque de esos en los que C&M disfrutan mucho y yo vomito, (ii) M estuvo en el médico por la mañana, lo que me permitió desayunar con él mami-quiero-churros, (iii) hay a quien leer estas cosas que escribo le hace sonreír, (iv) estuve practicando con C una postura de yoga de relajación, (v) me reí hasta llorar hablando con unas amigas de mis problemas con las mancuernas o (vi) ese momento de paz entre cuatro y cinco menos cuarto en el que aposté la silla frente al sol, abrí el libro y saboreé el té previo al caos.

Nada emocionante, pero qué maravilloso poderlo apreciar.

Comentarios

Bea ha dicho que…
A mí me hacen sonreir :)

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