de pitufo gruñón

Hoy toca gris y lluvia y el alma se me contagia de pesadumbre y humor del malo. De momento no me he deshecho del pijama, que no es algo que me espante, aunque sí me da un poquito de pena porque qué pereza vestirme para salir a dar un paseín que huela a mojado.

Como hoy estoy de no pues no me apetece nada de nada, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de contar el espanto del último superventas del hiperlibro: 1001 libros infantiles que hay que leer antes de crecer. ¿Es en serio necesario editar gilipolleces como ésta? ¿Ya no vale decidir? ¿Hasta en esto nos tienen que regalar el derecho a no pensar? No tengo en casa el bodrio de la cerillera ¿y qué? en serio ¿y qué?

Con el reclamo de Blake Quentin en la portada (memorable ilustrador de “famosas” narraciones infantiles) nos intentan hacer pasar por el aro. Ya no tenemos de qué preocuparnos. En serio que no. ¿Que quieres que el chiquitín lea? Nada como un vistazo al gran gurú de los libros infantiles de ayer y hoy. Te lo venden como “emprender un viaje inolvidable a través de las historias que han maravillado a miles de niños y los han transportado a reinos de desbordante fantasía” (el que escribió esto o no fue niño nunca o nunca leyó).

Es fantástico. Está ostras organizado qué guay por estructuradísimos o sea tramos de edad (o-3, +3, +5, +8...). Esto es fenomenal para ya no darle ni dos vueltas. Total, digo yo que el que se deja guiar por esta clase de libros va a muerte y si el bebé con cuatro años devora a stevenson que le den. Le toca el gusano marrano y la hormiguita rita. Lo pinta Quentin.

He leído por ahí que hay quien lo considera un volumen imprescindible para los amantes de la literatura infantil y juvenil. Así, con dos cojones (ya he dicho que hoy estoy chunga).

¿Y los libros seleccionados? (siendo 1001 hay hasta de nuestra gran elvira lindo -qué harán mis pins sin ella, que ni de coña entra ya en casa manolito pedorro gafotas). Me preguntaba por este montoncín de libros... ¿quién decide cuálsicuálno? Parece que lo han dejado en manos de críticos escritores libreros académicos profesores y libros premiados. Y todo este montón de pacotilleros han puesto pinocho, los tres cerditos, pippi, las tres mellizas (bueno, menos mal que no se han olvidado de las tres mellizas), unos cuentos superchulos y chinos de hace más de 200 años (el que eligió estos por lo menos se lo ha currado un poco), el principito y sinceramente ¿por qué no se fomenta más la cultura del esfuerzo y del amor a la literatura? Hace unos años me costó MESES encontrar una edición (normal) de Pippi Calzaslargas. Ahora supongo que estará tirado, como la recomienda una tal eccleshare en grijalbo...

En fin, que me voy a tomar algo, a pasear, a volver a casa a entrar en calor, a leer, a darme un baño relajante y a dormir, que mañana es lunes y no me gustan los lunes.

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