amarillo amarillo

Ted Hugues me fascina sin haberle leido. Ted Hughes. Me fascina por su vida, tan llena de amarillismo, por lo que destruyó a su paso. No sé si creo en la culpa y desde luego desconozco si es justo hablar de él en estos términos, pero cuando enarbolo la irascible vena femenina que llevo dentro, me encuentro justificando docenas de malas palabras contra el poder endemoniado que a veces ejercen los hombres sobre mujeres estratosféricas.

Ted Hugues llegó la semana pasada a casa a bordo de una edición bilingüe de Gaudete. Hasta ahora me he limitado a ojearlo, así que de momento no voy a hablar de él, ya veremos después (por lo que tengo entendido es una obra maestra...).

Y es que hoy me quedo en lo morboso, que es lo que en el fondo nos alimenta el alma y a algunos, la imaginación.

Además de ser un laureado escritor inglés, Hugues ha pasado a la posteridad por su relación con dos mujeres, Sylvia Plath y Assia Wevill, que acabaron quitándose la vida de un modo terrible.

Sylvia Plath es una de mis escritoras de referencia (entre mis libros -lo reconozco- hay un buen montón escritos por mujeres maravillosas de las que se me podría pegar algo, la verdad, y SP es una de ellas).

Se suicidó a los 31 años, siendo madre de dos niños de muy muy corta edad. Por lo que he leido, además de un trastorno bipolar que pudo favorecer un estado de ánimo propicio, su relación con TH no le dejó muchas más alternativas. Seis años después, Assia Wevill hizo lo propio, matando también y de paso a su hija, de 4 años. Mientras, nuestro hombre vivió lo suficiente como para editar la obra casi completa de Sylvia (parece ser que con la intención de honrar su memoria, qué detalle) y obtener el máximo reconocimiento de las letras en el Reino Unido, al ser nombrado poeta oficial de la Reina.

Ya he dicho que no he leído aún con cierta serenidad ninguno de sus poemas, pero cuando vi el nombre del poeta en el canto marrón de un libro sepultado entre docenas de otros lo rescaté sin dudarlo, con muchas ganas de conocer algo más de un hombre que tuvo que tener una personalidad de los más arrolladora.

A veces,sshhhh, los libros nos eligen.

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