Un pequeño horror doméstico

He decidido llevar a C y M a la puerta de Garden Lodge, que es como llamarles excusa ¿no? Para quien no lo sepa se trata de la casa de Freddie Mercury y para quien no lo sepa me entusiama Queen. Hay un tercer “para quien blabla...”, C&M corean encantados las canciones cuando me da el ataque nosinqueen y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que tengo dos pequeños queenadictos (aún recuerdo hace unos años a M calificando a FM de machote, pero esa es otra historia).

O sea, que lo tenemos todo para la peregrinación, hasta billetes a Londres. La gracia de todo esto es que hasta hace un rato ni se me había pasado por la cabeza esta aventura fan. El plan pasaba por torre de londres (si eso) y museo de ciencias naturales, además del simple pasear por la ciudad de mis mejores sueños, que ya es todo.

El destino del viaje es York y en Londres paramos porque es Londres y me apetece.

No sé si contarlo, pero ya que estoy voy. Al llegar a casa me ha entrado el síndrome de a limpiar y me he puesto a ello con más gracia que gloria, lo que quiere decir con más intención que efectividad (ay). Recogiditas por aquí, limpiaditas por allá y ¡ostras! si yo tenía una -cómo se llama- ¡aspiradora!

A por ella que me he ido. Todo esto con música casi en vivo (me he vengado de mi vecina y sus rumbas siesteras, que qué fenomenal que sea feliz, oyes, pero qué molesta).

... y por fin el bochorno, que ha sido cuando me he descubierto más o menos con el mismo frenesí que FM en el 20'' de i want to break free, hasta hoy mi canción favoritísima.

Pero qué mal, carajo, PERO QUÉ MAL.

Lo bueno de esta experiencia astral es la idea que se me ha ocurrido de hacernos una foto en la casita, ahora habitada por Mary Austin, que -seguro que esto no lo sabéis- fue novia de nuestro freddie durante unos cuantos años.

Así que de Freddie a Drácula y tiro porque me lleva la corriente (este viaje lo voy a tener que contar).

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