Noches de verano

Mi vecina (46) se ha echado un noviete (19) y ya se ha convertido en la conversación de verano de la calle infantas.

- Qué vergüenza, con los dos niños en casa.
- ¿Les oíste anoche?
- Sí, como todos, folleteando en el césped
- ¿en el césped también? Me quedé dormida cuando estaban en la piscina

Las maris tienen envidia, of course, y me temo que a la chelito le caerá encima el vacío social permanente que, aunque ahora a ella plín, forzará un cambio de domicilio seguro cuando al chavalín se le meta en el ojo otra teta.

- Lo que dura el verano, y si no al tiempo
- Qué bochorno, por dios
- Y le deja el bmw por las mañanas
- Ha perdido los papeles. Alguien tendría que decirle algo. Por el amor de dios, que es una vieja
- ¿Ahora les llaman viejas? ¿pues no eran putas?

Y así pasan estos calurosos días, entre escarceos amorosos a la luz de la luna en cuarto creciente y cuchilladas rencorosas antes de cenas mediocres a la luz de la tele

- ¿No puedes poner otra cosa?
- No
- ¿Hablamos?
- ¿Eh?
- Que si hablamos de algo
- … si estoy reventao. Anda, cari, mueve ese culazo y tráeme otra cerveza.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Bueno, si con cuarenta y seis es una vieja, entonces tb yo debo reconocer mi afición a la gerontofilia en atención a ciertos episodios oscuros de mi reciente pasado. Una bendición tener diecinueve añitos y aprender de una veterana de guerra. Enhorabuena al pavo.
Lucía. ha dicho que…
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